Demandas de jubilados BUAP es la expresión que resume un conflicto prolongado, silencioso y profundamente humano. Desde 2015, más de 250 trabajadores pensionados de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla mantienen procesos legales para reclamar derechos laborales que, aseguran, les fueron negados pese a estar plenamente reconocidos en contratos y acuerdos históricos.
El reclamo no es menor: los jubilados calculan que el adeudo total supera los 100 millones de pesos, una cifra que contrasta con los miles de millones que la universidad administra cada año. Para quienes entregaron décadas de trabajo académico y administrativo, la lucha ya no es solo jurídica, sino una batalla por dignidad y subsistencia.
El origen del conflicto salarial que detonó las demandas
Las Demandas de jubilados BUAP tienen como punto de partida un aumento salarial aplicado en 2015. Mientras alrededor de mil 300 trabajadores recibieron un incremento del 8 por ciento, cerca de 8 mil empleados —entre ellos quienes posteriormente se jubilaron— solo obtuvieron un 3.4 por ciento, quedando excluidos de una nivelación salarial del 4.6 por ciento.
De ese universo, unos 500 trabajadores iniciaron demandas. Con el paso de los años, algunos fallecieron o desistieron, hasta quedar alrededor de 250 pensionados que continúan el proceso. Los expedientes se concentran en el Segundo Tribunal Laboral de Puebla y siguen sin una resolución definitiva.
Procesos judiciales y liberación de responsabilidades
Las audiencias se han caracterizado por dilaciones, discusiones procesales y amparos. Según los jubilados, el volumen del expediente y decisiones judiciales controvertidas han retrasado la vinculación a proceso, obligándolos a continuar una lucha legal que se extiende ya por casi una década.
La fiscalía universitaria sostiene que el caso sigue abierto, pero los pensionados denuncian una estrategia institucional para postergar el cumplimiento de las obligaciones económicas, escudándose en la autonomía universitaria y la supuesta falta de recursos.
Fondo de vivienda: un derecho histórico sin cumplir
A mitad del conflicto de las Demandas de jubilados BUAP, emerge otro reclamo central: el fondo de vivienda. Desde 1980, tras la fusión sindical de académicos y administrativos, se pactó destinar el 5 por ciento de la nómina universitaria a este fondo.
De acuerdo con la Comisión de Jubilados, ese recurso fue utilizado para otros fines, incluyendo el pago de salarios, convirtiéndose en un préstamo forzado de los trabajadores hacia la universidad. Aunque se reconocieron cientos de millones de pesos en su momento, hoy solo existen registros parciales de aportaciones recientes, lo que refuerza la acusación de un adeudo histórico que podría ascender a miles de millones.
Fideicomiso de pensiones y descuentos permanentes
Otro punto crítico es el fideicomiso de jubilaciones y pensiones. Los jubilados afirman que recursos originalmente depositados en cuentas individuales fueron transferidos sin consentimiento para formar un fideicomiso que hoy supera los 6 mil millones de pesos.
Paradójicamente, ese fondo se sostiene con descuentos mensuales aplicados a los propios pensionados, quienes ven reducidos sus ingresos mientras no reciben claridad sobre la administración ni el destino del dinero. La falta de transparencia alimenta la percepción de corrupción estructural dentro de la institución.
Precariedad económica y desigualdad salarial
Las Demandas de jubilados BUAP también visibilizan una realidad económica alarmante. Muchos pensionados perciben ingresos quincenales por debajo del salario mínimo, mientras enfrentan gastos médicos crecientes y servicios concesionados con costos elevados.
En contraste, los jubilados denuncian que los altos mandos universitarios mantienen percepciones elevadas y múltiples prestaciones. Esta desigualdad refuerza el sentimiento de abandono y la exigencia de una revisión profunda del modelo de gestión financiera universitaria.
Un conflicto que trasciende lo laboral
Más allá de cifras y expedientes, este conflicto refleja un problema estructural en la relación entre instituciones públicas y quienes dedicaron su vida laboral a ellas. Los jubilados no solo reclaman dinero, sino respeto a contratos colectivos, acceso digno a servicios médicos y reconocimiento a su trayectoria.
Las Demandas de jubilados BUAP siguen abiertas y su desenlace podría sentar un precedente clave para miles de trabajadores universitarios en México. Mientras tanto, los pensionados continúan esperando que la justicia laboral alcance también a quienes ya no están en activo, pero siguen siendo parte fundamental de la historia universitaria.
Demandas de jubilados BUAP no es solo un litigio: es la evidencia de que el trabajo de toda una vida no debería terminar en el olvido.


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