Claudia Sheinbaum y su Momento Decisivo: ¿Igualdad Radical o Continuidad?
Esta semana, en lugar de llamar a las masas a las calles para respaldar su reforma judicial, Claudia Sheinbaum optó por reuniones con pesos pesados de la economía, Carlos Slim y Larry Fink, CEO de BlackRock. Esta decisión dejó claro un mensaje: el rumbo está controlado, pero la pregunta persiste: ¿elegirá Claudia un camino más radical en su presidencia? A continuación, exploramos el significado de la “igualdad radical” y la “libertad radical” en este momento clave para México.
Un Enfoque de Bonanza y Poder Político
Claudia Sheinbaum ha mantenido un nivel de aprobación altísimo, con cifras que rondan el 70-80%. Además, ha resaltado la importancia de las mujeres en sus políticas, desde una perspectiva que pretende marcar un nuevo estilo de liderazgo. Con la reciente reforma judicial, su gobierno tiene el camino despejado para rediseñar uno de los pilares más rezagados de la democracia mexicana. Pero la pregunta sigue abierta: ¿por qué detenerse en los avances logrados? México aún enfrenta graves problemas en la procuración de justicia y una deuda histórica con los derechos y la igualdad.
Reforma Judicial: Más que una Mayoría Parlamentaria
Si bien la reforma judicial da un paso hacia un poder judicial más inclusivo, sigue pendiente la gran tarea de transformar el sistema desde su núcleo, comenzando con los fiscales y ministerios públicos que dependen del ejecutivo. La presidenta tiene la oportunidad de abordar estos temas y emprender un cambio auténtico que llegue a todos los niveles del sistema de justicia. Es momento de avanzar hacia una “igualdad radical” que reduzca las brechas históricas en la justicia y dé voz a quienes aún esperan ser escuchados.
Construcción de un Estilo Propio: ¿Al Margen de AMLO?
Los críticos suelen cuestionar si Sheinbaum sigue gobernando bajo la influencia de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, esto podría ser un reflejo de un sesgo de género. Claudia está construyendo un estilo de liderazgo propio, y en este proceso, podría optar por ocupar un espacio donde convivan los intereses de BlackRock y América Móvil. Sin embargo, el desafío real será ver si Sheinbaum se atreverá a ir más allá, hacia un terreno más radical, y hacer de la igualdad y libertad radicales el estandarte de su gobierno.
¿Qué Significa la Igualdad Radical?
Para Sheinbaum, la “igualdad radical” debería significar, por ejemplo, poner fin a prácticas de favoritismo en el partido y en las instituciones. Este concepto implica eliminar el uso de mayorías parlamentarias como mecanismos de control y permitir que los derechos de los ciudadanos se prioricen en todas las decisiones del gobierno. Además, la igualdad radical requeriría un compromiso con la libertad de expresión y el derecho a la protesta, permitiendo que comunidades afectadas por proyectos de infraestructura y decisiones políticas tengan una voz real y un espacio seguro para ser escuchadas.
¿Qué Papel Juegan las Movilizaciones en el Cambio?
En momentos críticos, Sheinbaum podría recurrir a la movilización popular para asegurar que las demandas ciudadanas resuenen en las decisiones del gobierno. En lugar de apelar solo a la calma de los grandes inversores, podría revitalizar la tradición de la movilización como una política de transformación. Esta “movilización permanente” fortalecería la democracia y podría nutrir a la sociedad con un espíritu de participación y autogestión. El país necesita ver a las masas discutiendo sus problemas y exigiendo soluciones desde la calle, recordando así al gobierno la importancia de cumplir con las promesas de cambio.
Cuestión de Enfoques: Claudia, ¿Radical o Moderada?
Sheinbaum podría tomar dos caminos en los años por venir. Uno, mantenerse en un enfoque que equilibre entre los grandes capitales y la estabilidad económica, asegurando que el país mantenga la “calma” que estos sectores valoran. El otro, asumir un liderazgo transformador, con una “igualdad radical” que respalde los derechos de las comunidades vulnerables y un sistema judicial que trabaje para todos, sin favoritismos. Este es el momento en que Sheinbaum debe decidir si su legado será simplemente el de la continuidad o el de un cambio profundo que honre las demandas sociales que dieron pie a la Cuarta Transformación.
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