En un México marcado por los desafíos de inseguridad, la presidenta Claudia Sheinbaum asumió un papel protagónico en la 50ª Sesión Ordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP). Este encuentro celebrado en Acapulco, Guerrero, reunió a 30 gobernadores y altos mandos de seguridad para discutir la situación actual y trazar un plan de acción.
El mensaje fue claro: coordinación, fortalecimiento institucional y responsabilidad compartida son las claves para transformar la seguridad en México.
Fin de los “abrazos no balazos”: un nuevo rumbo en la estrategia de seguridad
Durante el sexenio anterior, el lema «abrazos no balazos» marcó la política de seguridad. Sin embargo, el saldo de esta estrategia ha sido devastador:
- Incremento en masacres y desplazados.
- Territorios controlados por el crimen organizado.
- Destrucción de instituciones de seguridad.
En este contexto, Sheinbaum no evitó los retos históricos. Aunque no se mencionaron explícitamente las fallas del pasado, se enfatizó en la necesidad de romper con la impunidad y la corrupción en todos los niveles de gobierno.
Gobernadores bajo la lupa: la responsabilidad estatal en la seguridad
La presidenta hizo un llamado directo a los gobernadores para asumir su papel en el combate a la delincuencia. Entre las prioridades se destacaron:
- Fortalecimiento de las policías estatales.
- Coordinación efectiva entre policías, fiscales y jueces.
- Inversión en salarios, equipamiento y capacitación.
- Erradicar la corrupción en las instituciones de seguridad.
Aunque estas medidas son fundamentales, muchos gobernadores se enfrentan a un desafío presupuestal significativo. El presupuesto destinado a seguridad se concentra mayormente en las fuerzas armadas, con 238,087 MDP, dejando solo 35,755 MDP para estados y municipios.
El CNSP: Una promesa incumplida que necesita un nuevo enfoque
El diseño del Consejo Nacional de Seguridad Pública tiene potencial, pero su efectividad ha sido limitada. Para garantizar el éxito, Sheinbaum y su equipo deberán implementar:
- Indicadores claros de medición de resultados.
- Controles externos por parte de la sociedad civil.
- Auditorías al presupuesto de seguridad.
- Sanciones para quienes incumplan los acuerdos.
Además, se requiere un seguimiento constante y voluntad política tanto a nivel federal como estatal para que esta estrategia tenga impacto real en las calles.
Un “knock out” a la corrupción: Sheinbaum lidera con firmeza
La presidenta Sheinbaum dejó en claro que la seguridad será una prioridad central de su administración. Aunque todavía hay muchas preguntas por responder sobre cómo se implementarán estas estrategias, la recuperación del liderazgo en el CNSP es un paso significativo.
El reto ahora es que gobernadores y autoridades locales estén a la altura del compromiso y que los ciudadanos sean testigos de un cambio palpable en su día a día.
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