Un llamado a la empatía por encima del perfil académico

Tras la renuncia de Teresa Guadalupe Reyes Sahagún como titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), la activista y madre buscadora Ceci Flores Armenta propuso que el nuevo liderazgo de esta dependencia recaiga en una mujer que haya experimentado directamente la desaparición de un ser querido. “Necesitamos alguien que conozca el dolor”, escribió la fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora en su cuenta oficial de X (antes Twitter), reiterando que es momento de que una madre buscadora esté al frente del organismo nacional.

Flores Armenta no sugirió un nombre en particular, pero fue clara en que la experiencia y sensibilidad deben pesar más que los títulos académicos. Su mensaje se dio en un contexto de incertidumbre y exigencia por parte de los colectivos, quienes desde abril habían manifestado su inconformidad con la gestión de Reyes Sahagún.

Requisitos desde la experiencia y el dolor

En sus declaraciones tanto en redes sociales como en entrevista con MVS Noticias, Ceci Flores planteó que el nuevo perfil debe tener empatía, sensibilidad y compromiso absoluto con las víctimas y sus familias. «No necesitamos que tengan un perfil académico, porque de nada sirve que tengan muchas maestrías si no tienen sensibilidad», sentenció la activista.

Para ella, es fundamental que quien lidere la Comisión haya vivido el calvario de la búsqueda, que comprenda el silencio institucional, el miedo, la frustración y la esperanza que carga cada madre al salir con pala en mano a buscar restos humanos. “Necesitamos a alguien que haya caminado este dolor”, dijo, insistiendo en que el acompañamiento emocional es tan importante como la estrategia de búsqueda.

Renuncia tras presión de colectivos

La salida de Teresa Guadalupe Reyes Sahagún de la CNB fue confirmada esta semana por la Secretaría de Gobernación (SEGOB), luego de que permaneciera menos de dos años en el cargo. Aunque en abril se había negado a presentar su renuncia pese a las exigencias de colectivos, finalmente dejó el puesto sin que se informaran las razones oficiales de su decisión.

Durante su gestión, distintos grupos de madres buscadoras expresaron inconformidades con los resultados de la Comisión, señalando burocracia, lentitud y falta de operatividad real. Esto generó un desgaste en la relación entre los colectivos y la titular saliente, pese a que, en palabras de Flores Armenta, ella mantenía una relación de respeto con Reyes Sahagún.

Sin embargo, la fundadora del colectivo de Sonora no ocultó su decepción por la renuncia, considerando que deja vacante una responsabilidad crucial en uno de los temas más urgentes del país. México enfrenta más de 100,000 personas desaparecidas, según cifras oficiales, y los familiares llevan años exigiendo respuestas, acciones y voluntad política.

Una propuesta respaldada por el movimiento de búsqueda

El planteamiento de Ceci Flores no es aislado. En reiteradas ocasiones, los colectivos de búsqueda han manifestado que la institucionalidad estatal muchas veces no refleja la urgencia del problema, ni comprende la experiencia cotidiana de quienes han perdido a un hijo, una hija o un hermano.

Por ello, sugiere que la CNB debe estar encabezada por alguien que haya vivido la pérdida, que no vea la desaparición como un expediente, sino como una herida abierta que atraviesa miles de hogares. “Queremos a alguien que sea capaz de arriesgar todo con nosotras”, enfatizó la activista.

La figura de la madre buscadora ha cobrado relevancia en los últimos años en México, no solo como símbolo de resistencia, sino también como una fuerza ciudadana que realiza tareas que el Estado ha abandonado. La propuesta de Flores es, en ese sentido, una forma de reivindicar esa lucha y dar paso a un modelo de gestión con mayor humanidad, presencia en territorio y conexión emocional.

¿Cambio de paradigma o continuidad burocrática?

El debate sobre quién debe ocupar la titularidad de la Comisión Nacional de Búsqueda ahora se centra entre dos caminos: continuar con un perfil técnico y académico que administre la dependencia desde el escritorio, o apostar por una madre buscadora que transforme la institución desde su raíz, con conocimiento del terreno y del dolor.

La elección no será solo simbólica: podría definir el rumbo de la búsqueda de desaparecidos en el país para los próximos años. Por eso, la voz de Ceci Flores y de miles de madres debe ser escuchada. Porque nadie busca con más fuerza que quien ama a quien falta.