La historia de Alejandra Cuevas Morán no es solo un caso judicial: es una herida abierta en el sistema de justicia mexicano. Todo comenzó tras la muerte de Federico Gertz Manero, hermano del actual fiscal general, Alejandro Gertz Manero, en 2015. Lo que parecía una pérdida familiar derivó en una batalla legal de años que llevó a Cuevas a pasar 528 días en prisión, acusada de un delito inexistente.
El poder como instrumento de venganza
A pesar de que la Fiscalía capitalina había archivado la denuncia en 2016, esta fue reactivada una vez que Gertz asumió el cargo de fiscal general en 2019. Fue entonces cuando Alejandra Cuevas, su madre Laura Morán (de 94 años) y sus hijos comenzaron a vivir una persecución legal que, según sus palabras, se convirtió en un castigo multigeneracional.
La figura jurídica utilizada para detenerla, “garante accesoria”, fue desestimada por la Suprema Corte, que en 2022 ordenó su liberación al no existir sustento legal. Pero el daño ya estaba hecho.
Cárcel sin pruebas y un proceso plagado de irregularidades
Cuevas fue detenida en 2020 y recluida en Santa Martha Acatitla. En su declaración pública, expuso que nunca tuvo acceso a un juicio justo ni al derecho de defensa. La filtración de audios donde Gertz Manero reconocía influencias sobre ministros de la Corte solo confirmó lo que la familia había denunciado desde el inicio: que el aparato judicial había sido manipulado.
Una familia quebrada por el miedo y el exilio
Aunque la SCJN ordenó su liberación, la vida de Cuevas y su familia nunca volvió a ser la misma. Decidieron abandonar México, viviendo ahora en el exilio por temor a nuevas represalias. Laura Morán, su madre, falleció en 2024 sin haber sido sentenciada, tras enfrentar años de hostigamiento.
La entrega de obras de arte, cuentas compartidas y pensiones fueron parte de intentos desesperados por lograr justicia. Nada funcionó.
La denuncia internacional: un grito desde el exilio
Este miércoles, Alejandra Cuevas formalizó una denuncia contra el Estado mexicano ante la CIDH, acompañada del activista Adrián LeBarón. En su intervención, acusó a Gertz de usar las instituciones para ejecutar una venganza personal, rompiendo el principio de legalidad y el mandato constitucional de la FGR.
“Fui encarcelada por cuidar. Mi madre, por amar. Mis hijos, por resistir”, dijo, visiblemente afectada.
¿Qué busca la denuncia ante la CIDH?
Cuevas solicitó que la Comisión declare la responsabilidad internacional del Estado mexicano por las violaciones cometidas, así como garantías de no repetición y reparación integral. La denuncia no solo busca justicia para su familia, sino prevenir que el poder del Estado vuelva a ser usado como herramienta de destrucción personal.
“Mi historia no debe repetirse. Que sea la última vez que una familia es destruida por el capricho de un hombre poderoso.”
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