La noche caía sobre Dnipró cuando sirenas antiaéreas despertaron a miles de familias. Algunos corrieron a los refugios, otros no tuvieron tiempo. Cuarenta misiles y 580 drones rusos surcaron el cielo ucraniano en uno de los ataques más masivos de los últimos meses.
El resultado: edificios residenciales destruidos, incendios y la trágica noticia de tres personas fallecidas.
“Cada ataque de este tipo no es una necesidad militar, sino una estrategia deliberada para aterrorizar”, denunció el presidente Volodimir Zelensky.
La respuesta de Zelensky
Con el rostro serio y un tono firme, Zelensky pidió al mundo una reacción clara: más armas, sanciones y apoyo internacional. Para él, la defensa de Ucrania no es solo un asunto nacional, sino una barrera que protege también a Europa.
“La paz no se logra con la buena voluntad de un agresor. Se logra con defensa y unidad internacional”, afirmó.
Regiones bajo fuego
Los bombardeos impactaron no solo en Dnipró, sino también en Nikolaev, Zaporizhia, Chernigov, Poltava, Kiev, Odesa, Sumy y Járkov. En Dnipropetrovsk, un misil con municiones de racimo golpeó un edificio de departamentos, dejando decenas de heridos.
Las autoridades regionales confirmaron incendios, daños a infraestructuras civiles y una cifra de heridos que sigue en aumento.
Ucrania también contraataca
Mientras tanto, drones ucranianos golpearon refinerías de petróleo en Sarátov y Samara, dentro del territorio ruso. Estas instalaciones, vitales para el suministro energético del ejército de Putin, ya habían sido atacadas semanas antes.
La explosión en Sarátov iluminó la madrugada y recordó a Moscú que Ucrania también busca debilitar la maquinaria militar rusa desde dentro.
El papel de la defensa aérea
En medio del caos, los pilotos de F-16 ucranianos lograron derribar varios misiles y drones. Para Zelensky, estos actos son prueba de que su país puede resistir, pero necesita más recursos.
“Cada restricción a Rusia salva vidas”, repitió el mandatario al agradecer a quienes apoyan la causa ucraniana.
Una guerra que no da tregua
La escalada bélica muestra que la guerra en Ucrania está lejos de terminar. Moscú busca quebrar la moral de la población, mientras Kiev apuesta por la resistencia y la presión internacional.
Los testimonios de sobrevivientes, familias desplazadas y soldados en la línea de defensa revelan un mismo sentimiento: la esperanza de que el mundo no les dé la espalda.
El ataque masivo con misiles y drones confirma la brutalidad del conflicto. Mientras Rusia multiplica su ofensiva, Zelensky insiste: la seguridad de Ucrania es también la seguridad de Europa.


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