La tarde del 9 de agosto, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, apareció frente a las cámaras con un gesto firme y palabras que resonaron más allá de sus fronteras:
“Los ucranianos no entregarán su tierra al ocupante”.
Su declaración llegó pocas horas después de que Donald Trump insinuara que un intercambio territorial podría ser la clave para un acuerdo de paz con Vladímir Putin. La propuesta, aunque aún sin detalles, despertó reacciones inmediatas en Kiev y en las capitales europeas.
La reunión en Alaska que inquieta a Ucrania
Trump y Putin tienen programada una cumbre el 15 de agosto en Alaska, un punto geográfico cargado de simbolismo y cercanía histórica con Rusia. Según el exmandatario estadounidense, la idea es buscar “un acuerdo beneficioso para ambas partes”.
Pero para Zelenski, cualquier negociación que se lleve a cabo sin Ucrania en la mesa es una amenaza directa a la soberanía nacional. “No pueden tomarse decisiones en nuestra contra”, advirtió, reiterando que la paz solo será posible si es una paz digna y consensuada.
Europa se moviliza
Mientras Trump afina los preparativos para su cita con Putin, Zelenski sostuvo conversaciones con líderes europeos como Emmanuel Macron (Francia) y Keir Starmer (Reino Unido). En la red social X, el mandatario ucraniano destacó que sus aliados están comprometidos con “una paz real” y con impedir que “los rusos engañen a nadie una vez más”.
La postura europea es clara: no se debe premiar la agresión con concesiones territoriales. El temor, según diplomáticos de Bruselas, es que un mal acuerdo solo dé a Rusia una posición ventajosa para reanudar la guerra.
Los riesgos del “intercambio”
Zelenski acusa a Moscú de seguir invirtiendo en la guerra y de promover la idea de intercambiar territorio ucraniano por territorio ucraniano, lo que considera una trampa estratégica. “Todos nuestros pasos deben acercarnos a un fin real de la guerra, no a una reconfiguración que deje a Ucrania vulnerable”, subrayó.
Para los analistas militares, un intercambio territorial podría fracturar la unidad de la OTAN y sentar un precedente peligroso en el derecho internacional, abriendo la puerta a futuras anexiones forzadas en otras partes del mundo.
El reloj avanza hacia el 15 de agosto
Con la fecha de la reunión acercándose, la presión diplomática aumenta. Estados Unidos, Europa y Ucrania buscan coordinar posiciones, pero las expectativas sobre la disposición de Putin a aceptar un alto al fuego son bajas.
Zelenski insiste en que cualquier solución debe incluir garantías de seguridad sólidas para su país y para el resto de Europa. “Nuestra seguridad común depende de decisiones conjuntas con nuestros socios”, afirmó.
La historia reciente de la guerra Rusia-Ucrania muestra que las treguas mal negociadas pueden ser solo pausas antes de una ofensiva mayor. El 15 de agosto podría marcar un punto de inflexión… o convertirse en otra fecha frustrante para la paz.
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