El Ministerio de Defensa de Venezuela acusó este domingo a Estados Unidos de haber triplicado los vuelos de aviones espías en agosto sobre su espacio aéreo y aguas cercanas. Según el ministro Vladimir Padrino López, esta intensificación de operaciones de inteligencia representa una amenaza directa a la soberanía venezolana y se suma al despliegue de buques de guerra estadounidenses en el mar Caribe.

Aumento de operaciones de inteligencia

Durante un balance de entrenamientos militares, Padrino López señaló que los vuelos de reconocimiento ya no solo se realizan durante el día, sino también en horario nocturno y de madrugada. La afirmación del ministro apunta a una escalada en las actividades de vigilancia que Caracas considera “hostiles” y dirigidas a recopilar información sensible sobre sus movimientos militares.

El funcionario aseguró que la noche del sábado las fuerzas de defensa detectaron aviones tanqueros que suministraban combustible a aeronaves de tipo RC-135, diseñadas para recopilar y procesar datos en tiempo real. Estos aparatos, según Padrino, pueden alcanzar hasta 200 millas de radio, lo que les permite incursionar de forma indirecta en el territorio venezolano.

Identificación de aeronaves estadounidenses

Además de los RC-135, el ministro venezolano mencionó la presencia frecuente del E-3 Sentry AWACS, un avión equipado con sistemas de alerta temprana y control aéreo avanzado. Este modelo suele emplearse para coordinar operaciones militares y vigilar amplias zonas de cobertura.

Caracas sostiene que la frecuencia con la que estas aeronaves sobrevuelan el Caribe demuestra que existe un patrón de presión militar contra Venezuela. En palabras de Padrino López, se trata de un intento por “sembrar una guerra en el Caribe”, algo que, según dijo, rechazan los pueblos de la región.

Incidente con un buque atunero venezolano

El señalamiento contra Washington se produjo un día después de que Venezuela denunciara la retención de un buque atunero en aguas caribeñas. De acuerdo con la versión oficial, militares estadounidenses detuvieron a la embarcación por al menos ocho horas, lo que Caracas interpreta como un acto de provocación y un atentado contra la libertad de navegación.

Este incidente ha sido utilizado por las autoridades venezolanas como ejemplo de la tensión que, a su juicio, busca generar Estados Unidos en la zona. Padrino López afirmó que el despliegue naval norteamericano está diseñado para crear un clima de hostilidad, pese a que Venezuela asegura no desear ningún tipo de conflicto en el Caribe.

Preparación militar en Venezuela

Las declaraciones del ministro se dieron en el marco de un ejercicio militar nacional en el que participaron tanto tropas regulares como civiles. El objetivo fue capacitar a la población en el uso de armas de fuego como parte de lo que el Gobierno de Nicolás Maduro ha denominado una estrategia de defensa integral.

Padrino López enfatizó que, frente a las amenazas externas, Venezuela está fortaleciendo su capacidad de respuesta militar y su preparación para escenarios de guerra no convencional. La inclusión de civiles en los entrenamientos busca, según el Gobierno, crear un ejército popular capaz de defender la soberanía.

Contexto geopolítico en el Caribe

El Caribe se ha convertido en un espacio de creciente disputa estratégica. Estados Unidos mantiene presencia militar en la región bajo el argumento de garantizar la seguridad marítima y combatir el narcotráfico, mientras que Venezuela interpreta estas operaciones como una maniobra de presión política contra el Gobierno de Maduro.

En los últimos años, la tensión bilateral se ha intensificado por la crisis política venezolana, las sanciones internacionales y los reclamos sobre el territorio del Esequibo, en disputa con Guyana. La acusación de un incremento en los vuelos de espionaje refuerza la narrativa de Caracas sobre una supuesta injerencia extranjera destinada a debilitar al país.

Riesgo de nuevas tensiones diplomáticas

Las denuncias de Padrino López podrían escalar hacia un nuevo episodio de fricción diplomática entre Caracas y Washington. Aunque no se anunció ninguna acción inmediata, el Gobierno venezolano ha reiterado que denunciará ante instancias internacionales cualquier violación a su soberanía.

Por su parte, hasta el momento, Estados Unidos no ha emitido una respuesta oficial sobre las acusaciones. En ocasiones anteriores, el Pentágono ha defendido sus operaciones en el Caribe como legítimas y enmarcadas en la cooperación regional contra amenazas transnacionales.

La acusación de que Estados Unidos triplicó los vuelos de aviones espías contra Venezuela en agosto refleja un nuevo capítulo de desconfianza y tensión en el Caribe. Mientras Caracas denuncia una estrategia de hostigamiento militar, Washington mantiene operaciones que asegura son de rutina. La situación plantea interrogantes sobre el rumbo de las relaciones bilaterales y el posible impacto en la estabilidad regional, en un contexto donde la defensa de la soberanía venezolana se entrelaza con los intereses estratégicos de la potencia norteamericana.