Un giro inesperado en la política fiscal global
El 2021 fue un año clave para el sistema tributario internacional cuando 140 países, bajo la mediación de la OCDE, alcanzaron un acuerdo para establecer un impuesto mínimo global de 15% sobre las ganancias de las multinacionales. Este pacto fue visto como un avance histórico para evitar la evasión fiscal por parte de las grandes corporaciones y asegurar que pagaran impuestos donde realmente generaban sus ganancias. Sin embargo, en su primer día de mandato, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió al mundo al anunciar que su país se retiraría de dicho acuerdo, lo que generó una reacción inmediata, sobre todo de la Unión Europea (UE), que consideró esta decisión como un golpe a la cooperación fiscal global.
El acuerdo de la OCDE: Un paso hacia una tributación más justa
El acuerdo alcanzado en 2021 buscaba establecer un impuesto mínimo global del 15% para las multinacionales, así como un sistema para asegurar que las grandes tecnológicas pagaran impuestos en los países donde realmente operan, no solo en aquellos donde tienen su sede. La reforma fiscal diseñada por la OCDE estaba destinada a generar más de 200,000 millones de dólares anuales en impuestos adicionales, lo que permitiría a los países mejorar sus finanzas públicas y combatir la evasión fiscal.
Las implicaciones del retiro de EE. UU. del acuerdo
El anuncio de Trump de retirar a EE. UU. de este acuerdo tuvo un impacto inmediato. El gobierno estadounidense argumentó que el acuerdo atentaba contra la “soberanía nacional” y la “competitividad económica”. Trump justificó su decisión afirmando que el acuerdo no tendría ningún efecto positivo para Estados Unidos y que este tipo de acuerdos no debían ser impuestos desde fuera. Esta postura provocó una reacción rápida desde la UE, que lamentó la decisión y expresó su disposición a seguir dialogando con la nueva administración fiscal de Estados Unidos para encontrar un terreno común.
La reacción de la UE: ¿Un retroceso en la lucha contra la evasión fiscal?
La Comisión Europea expresó su preocupación ante la decisión del gobierno de Trump. Valdis Dombrovskis, comisario europeo de Economía, declaró que aunque lamentaban el contenido de la publicación de la Casa Blanca, consideraban que era importante discutir los temas fiscales con la nueva administración para entender mejor sus puntos de vista. Este cambio en la política de Estados Unidos podría tener repercusiones no solo para las grandes corporaciones estadounidenses, sino para la dinámica fiscal global en su conjunto.
La lucha por una tributación justa: la postura de las organizaciones internacionales
Organizaciones como la Tax Justice Network también reaccionaron fuertemente ante la retirada de Estados Unidos del acuerdo. Alex Cobham, director de la ONG, señaló que no solo se trataba de un golpe a una reforma fiscal ya frágil, sino también de un intento de desmantelar un sistema de tributación que ha sido construido durante más de un siglo. Desde su perspectiva, el actuar de Trump podría deshacer décadas de avances hacia una fiscalidad más justa y equitativa.
¿Qué pasará con las grandes empresas?
Desde la implementación del acuerdo de la OCDE, la tasa de impuestos para las grandes corporaciones estadounidenses había sido un tema central. Durante el primer mandato de Trump, la tasa de imposición sobre las empresas bajó del 35% al 21%. Sin embargo, la tasa efectiva pagada por las empresas se mantuvo mucho más baja, cerca del 9%, según algunos cálculos. El retiro del acuerdo podría permitir que estas empresas sigan aprovechando las ventajas fiscales sin una regulación internacional que las obligue a contribuir de manera justa.
Repercusiones para las multinacionales y la economía global
El impacto de esta decisión no solo afecta a las multinacionales, sino también a la economía global. A medida que los países luchan por equilibrar sus finanzas públicas, la falta de un acuerdo fiscal global podría generar más desigualdades fiscales y una mayor competencia entre países para atraer a las grandes empresas mediante la bajada de impuestos. Esto podría resultar en una “carrera hacia el fondo”, en la que los países se vean forzados a reducir sus impuestos aún más, afectando su capacidad para financiar programas públicos esenciales.
Conclusión: ¿Qué depara el futuro de la tributación global?
El retiro de Estados Unidos del acuerdo sobre impuestos a multinacionales es solo un capítulo en la compleja historia de la tributación internacional. Si bien esta decisión de Trump ha generado incertidumbre, la UE y otros países continúan abogando por una reforma fiscal global más justa. Las grandes economías tendrán que encontrar formas de colaborar para garantizar que las empresas contribuyan de manera equitativa al financiamiento de los servicios públicos y la infraestructura global.
El futuro de la tributación global está en juego, y las decisiones que se tomen en los próximos años tendrán un impacto significativo en la forma en que las grandes corporaciones operan y pagan impuestos en todo el mundo.
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