La noche cayó sobre Ucrania con el sonido ensordecedor de las sirenas. En cuestión de minutos, el cielo se iluminó con explosiones, trazos luminosos y ecos de alerta. Era otro ataque masivo de drones rusos, uno de los más intensos del año.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia lanzó 128 aparatos no tripulados contra distintas regiones del país. De ellos, 94 fueron interceptados y neutralizados, mientras 31 lograron impactar en 11 zonas aún no especificadas. Los sistemas antiaéreos de Ucrania trabajaron sin descanso, demostrando una vez más su eficacia en medio de una guerra que no da tregua.
Drones kamikaze Shahed: el arma recurrente de Moscú
De los drones lanzados por Rusia, alrededor de 80 correspondían a los modelos Shahed, fabricados por Irán y modificados por las fuerzas rusas. Estas aeronaves, también conocidas como “drones kamikaze”, vuelan a baja altura y explotan al alcanzar su objetivo, causando graves daños en infraestructura y zonas urbanas.
El ataque de esta semana se concentró en regiones estratégicas, con especial énfasis en objetivos energéticos y logísticos. Sin embargo, la respuesta ucraniana fue rápida y coordinada, evitando mayores pérdidas materiales y civiles.
Rusia también reporta drones ucranianos sobre su territorio
Mientras Ucrania resistía el embate nocturno, el Ministerio de Defensa ruso informó el derribo de 11 drones ucranianos sobre tres regiones fronterizas: Briansk, Kursk y Kaluga, además de la península de Crimea, anexada por Moscú en 2014.
Cinco drones fueron abatidos sobre Crimea, tres en Briansk, dos en Kursk y uno en Kaluga, a unos 140 kilómetros de la frontera con Ucrania. Aunque las autoridades rusas calificaron la jornada como “más tranquila que las anteriores”, los enfrentamientos aéreos confirman que la guerra tecnológica entre ambos países continúa intensificándose.
Un frente diplomático en Europa: la visita de Zelensky a España
En paralelo a la escalada militar, Volodimir Zelensky prepara un nuevo capítulo diplomático. El presidente ucraniano será recibido próximamente por el mandatario español Pedro Sánchez, en una visita que refuerza los lazos entre Kiev y Madrid.
Aunque la fecha exacta se mantiene en reserva por motivos de seguridad, se ha confirmado que ambos líderes visitarán el Museo Reina Sofía para contemplar el icónico cuadro Guernica de Pablo Picasso, una obra que Zelensky mencionó en 2022 como símbolo del sufrimiento de su pueblo frente a la agresión rusa.
El encuentro representa un gesto de solidaridad y un recordatorio del horror compartido entre la Guerra Civil Española y la actual invasión rusa. Para Ucrania, la visita es también una oportunidad de fortalecer el apoyo europeo en materia militar y humanitaria.
La resistencia ucraniana no cede
El último ataque reafirma la capacidad de Ucrania para resistir la ofensiva aérea de Moscú, pese a las dificultades logísticas y el desgaste de un conflicto prolongado. Cada dron interceptado es una victoria técnica y moral para un país que se niega a rendirse.
La guerra continúa transformándose: del combate en tierra al dominio del cielo mediante drones, misiles y tecnología de precisión. En ese nuevo escenario, la rapidez, la cooperación internacional y la inteligencia defensiva son ahora las armas más poderosas de Kiev.
Ucrania enfrenta la guerra con la misma determinación con la que Picasso plasmó el dolor de Guernica: un grito de resistencia ante la devastación, un llamado a no olvidar lo que significa la lucha por la libertad.
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