Una de las primeras órdenes ejecutivas de Donald Trump en su segundo mandato fue eliminar el derecho a la ciudadanía estadounidense automática por nacimiento, también conocido como “derecho de suelo”. Este principio, consagrado en la XIV Enmienda de la Constitución, otorga la nacionalidad a cualquier persona nacida en territorio estadounidense, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
- Contexto global:
- Solo 30 países en el mundo conceden la nacionalidad por nacimiento, 26 de ellos en América.
- Países como República Dominicana, Irlanda y Alemania ya han limitado este derecho, condicionándolo al estatus migratorio o la residencia prolongada de los padres.
Aunque el derecho de suelo no es inusual, restringirlo es una medida polémica que podría afectar principalmente a los hijos de migrantes, y eventualmente, a otros grupos que no encajen con la visión política del mandatario.
La respuesta del sistema judicial: una batalla constitucional
El decreto de Trump ha generado reacciones inmediatas. 22 estados de la Unión Americana han impugnado la medida, argumentando que viola la Constitución.
- El fallo del juez John Coughenour:
- Declaró la orden como “flagrantemente inconstitucional” y afirmó que va en contra de los precedentes establecidos por la Suprema Corte.
- Subrayó que la XIV Enmienda protege el derecho a la ciudadanía por nacimiento.
Trump respondió con una declaración desafiante: “Obviamente apelaremos su decisión.” Este enfrentamiento marca el inicio de una batalla judicial que podría redefinir los límites del poder ejecutivo en Estados Unidos.
¿Qué está en juego?
La restricción de la ciudadanía por nacimiento no solo afecta a los migrantes, sino que plantea preguntas fundamentales sobre el equilibrio de poderes en Estados Unidos:
- Impacto en los migrantes:
- Podría despojar de la nacionalidad a miles de niños nacidos en territorio estadounidense, afectando sus derechos y oportunidades.
- Aumenta la incertidumbre para las familias migrantes, especialmente aquellas que buscan asilo o residencia permanente.
- Ataque al Poder Judicial:
- Trump ha mostrado poco respeto por las decisiones judiciales que no le favorecen, coqueteando con el desacato.
- ¿Seguirá el modelo de líderes autocráticos para desacreditar a los jueces y reformar el sistema judicial a su favor?
- Paralelismos con otros países:
- Las similitudes con México, donde el poder judicial ha enfrentado ataques desde el ejecutivo, son inquietantes.
- La pregunta es si las instituciones estadounidenses, consideradas sólidas, resistirán este embate.
Las dos opciones de Trump para redibujar el sistema judicial
Trump podría seguir dos caminos para consolidar su control sobre el Poder Judicial:
- La vía lenta:
- Aprovechar la mayoría republicana en la Suprema Corte, donde ya ha nombrado cinco jueces, para implementar cambios graduales.
- La vía ejecutiva:
- Desacreditar públicamente a jueces y constitucionalistas que se opongan a sus decretos.
- Impulsar reformas inmediatas con el apoyo de su base política.
En ambos casos, el resultado sería un debilitamiento de las instituciones democráticas, algo que podría tener consecuencias profundas para el sistema político estadounidense.
Reflexión: ¿están las instituciones listas para resistir?
Trump ha demostrado que está dispuesto a desafiar las normas y reinterpretar la Constitución para cumplir su agenda. Sin embargo, su éxito dependerá de si las instituciones de Estados Unidos pueden resistir este embate.
El futuro de la democracia estadounidense está en juego. La ciudadanía por nacimiento es solo el inicio de un posible cambio más amplio en el equilibrio de poderes, donde el “Hágase mi voluntad” podría convertirse en el nuevo lema político.
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