El inesperado regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado una ola de reflexiones sobre cómo un personaje tan polarizante logra mantenerse en la cima política. La respuesta parece estar en el poder de la imaginación desatada sobre temas críticos, como la economía y la migración, que evocan sentimientos profundos en el electorado. La victoria de Trump, que algunos llaman «martes negro», destaca el rol de la “imaginación” sobre el entendimiento en su éxito.
De Reagan a Trump: Los ecos de una política de imaginación desbordada
Para entender cómo el electorado estadounidense llegó a este punto, es fundamental mirar hacia el pasado. Durante la era de Ronald Reagan, se plantaron las semillas de un sistema que debilitó a la clase media y le abrió la puerta al poderío del libre comercio y los grandes monopolios. Con cada administración sucesiva, especialmente las de Bill Clinton y Barack Obama, se profundizó el culto al mercado libre. Esto dejó a una gran parte de la población estadounidense en una situación de vulnerabilidad ante un sistema que prioriza las ganancias sobre las personas.
Las consecuencias de esta orfandad educativa y cultural son claras. La gente común y trabajadora, desprovista de una educación sólida y crítica, es más susceptible a los discursos simplistas y provocativos. Así, cuando Trump señala que los inmigrantes son la causa de los males económicos, muchos le creen, ya que carecen de las herramientas para cuestionar este mensaje.
El discurso de la imaginación: Migración y economía según Trump
Trump ha construido una narrativa en la que la inmigración y el libre comercio son los grandes enemigos de la clase trabajadora estadounidense. Pero estas ideas no están basadas en hechos, sino en imaginarios que juegan con los miedos y las inseguridades de su audiencia.
- Migración: Para Trump, los inmigrantes representan una amenaza, y su propuesta de cierre de fronteras lo deja claro. Sin embargo, esta visión es una ficción que ignora el papel fundamental de los inmigrantes en sectores como la agricultura, la construcción y los servicios domésticos. Si los inmigrantes son expulsados, el resultado sería un aumento de los precios para el consumidor y una posible escasez de trabajadores en estos sectores.
- Proteccionismo económico: Otra pieza clave de su discurso es la idea de que los aranceles protegerán a los trabajadores estadounidenses. Sin embargo, esta política ya ha mostrado ser poco efectiva: los aranceles solo incrementan los costos de importación, lo que termina impactando al consumidor estadounidense promedio. El proteccionismo exagerado de Trump podría, de hecho, incrementar la inflación, algo que ya ha preocupado a la economía global en años recientes.
- El caso del fentanilo: La retórica de Trump en contra del fentanilo, especialmente el que proviene de México, es otro ejemplo de su estrategia para crear un enemigo visible. Sin embargo, combatir la oferta no soluciona el problema de fondo. El consumo de opioides es una crisis que responde a factores internos de salud mental, económicos y sociales en EE. UU., mucho más profundos que la simple oferta de drogas.
Desinformación y democracia: Cómo la imaginación politizada desvirtúa la realidad
Uno de los aspectos más preocupantes de esta elección es cómo Trump ha usado las plataformas de comunicación para perpetuar una narrativa engañosa. El acceso a medios polarizados, donde las noticias se ajustan a las creencias de sus audiencias, crea una “realidad paralela” que alimenta la ira y el descontento.
La manipulación de los medios, especialmente desde que Trump se alió con personajes como Steve Bannon, ha ayudado a construir un entorno de información sesgado. La libertad de prensa ha sido un pilar de la democracia estadounidense, pero hoy en día el problema no es la falta de información, sino su interpretación y el cómo las personas seleccionan la información que confirma sus creencias y prejuicios.
Trump y la fantasía de una economía libre de impuestos para los ricos
Otro de los grandes mitos en la narrativa de Trump es la promesa de reducción de impuestos. Si bien es cierto que durante su primera administración promovió una baja impositiva, los beneficios de estas políticas favorecieron principalmente a las grandes fortunas, dejando a la clase media y trabajadora con beneficios mínimos. La narrativa de “reducción fiscal” se convierte entonces en otra ilusión para atraer votos, sin que realmente se traduzca en un beneficio significativo para la mayoría de la población.
Trump ha prometido una reducción de impuestos aún mayor en su segundo mandato, algo que solo beneficiará a los multimillonarios y dejará a la clase trabajadora, nuevamente, luchando por sobrevivir. Al final, esta política se alinea con los intereses de las grandes corporaciones, y poco o nada hace por mejorar la vida de aquellos a quienes Trump asegura defender.
La gran lección: Cuando la imaginación supera al entendimiento
En su obra Ética, Baruch Spinoza afirmó que cuando la imaginación se coloca en el lugar del entendimiento, la realidad queda distorsionada y pervertida. La victoria de Trump es un reflejo de este fenómeno: el electorado estadounidense ha caído presa de un discurso que ignora los hechos y juega con los miedos de la gente.
Para la democracia estadounidense, esta situación plantea un desafío sin precedentes. La sociedad enfrenta ahora la necesidad de construir una educación sólida y una mayor cultura política que permita a sus ciudadanos tomar decisiones informadas. Sin este cambio, personajes como Trump continuarán explotando las debilidades de un electorado que ha sido moldeado por la manipulación mediática y la desinformación.
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