Un devastador terremoto de magnitud 6.0 sacudió el este de Afganistán dejando un saldo preliminar de 812 personas fallecidas y cerca de 2 mil 700 heridas. Las provincias más afectadas son Kunar y Nangarhar, situadas cerca de la frontera con Pakistán, donde miles de familias han quedado sin techo.
Según el portavoz talibán Zabihullah Mujahid, las cifras aún podrían aumentar, mientras los equipos de rescate trabajan contrarreloj para localizar supervivientes. Los deslizamientos de tierra han bloqueado carreteras, dificultando el acceso a zonas remotas y retrasando la asistencia.
El temblor inicial ocurrió a las 23:47 del domingo hora local, seguido de al menos dos réplicas de magnitud 5.2. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el epicentro se localizó a 27 kilómetros al este de Nangarhar, a ocho kilómetros de profundidad, lo que aumentó su capacidad destructiva.
Ayuda y respuesta ante la emergencia
El gobierno talibán anunció la creación de un comité de emergencia y destinó mil millones de afganis (aproximadamente 14 millones de dólares) para asistencia médica, alimentos, refugio y apoyo a las operaciones de rescate. Helicópteros han sido desplegados para evacuar víctimas de áreas aisladas, mientras hospitales como el de Jalalabad están saturados de heridos.
Organismos internacionales como la ONU, Unicef, la OIM y la Media Luna Roja han enviado equipos para coordinar la ayuda humanitaria. Desde el exterior, países como India, Pakistán, Irán, China y la Unión Europea han ofrecido asistencia y condolencias.
Vulnerabilidad ante desastres naturales
Afganistán, con un sistema sanitario debilitado y alta pobreza, es extremadamente vulnerable a desastres naturales. La región del Hindu Kush es sísmicamente activa, con terremotos poco profundos que suelen generar daños graves. La falta de infraestructura y recursos limita la respuesta ante catástrofes, dejando a aldeas aisladas durante días.
Históricamente, el país ha sufrido terremotos mortales, como los de 1998 y octubre de 2023, que dejaron miles de víctimas. La situación actual agrava la crisis humanitaria y económica que enfrenta Afganistán desde la llegada de los talibanes al poder en 2021.
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