El domingo por la noche, un sismo de magnitud 6,0 estremeció la provincia oriental de Kunar y regiones cercanas de Afganistán. Lo que comenzó como un temblor se transformó en tragedia: 1.411 personas fallecidas y más de 3.000 heridas, según informó el Gobierno talibán. La devastación se extendió por aldeas remotas y caminos de montaña, dejando miles de viviendas destruidas y familias atrapadas bajo los escombros.
El doctor Sharif Khamosh, del Hospital Regional de Nangarhar, relató a EFE que, tras más de 32 horas, los heridos seguían llegando sin cesar. “Todavía recibimos reportes de personas atrapadas, algunos ya han muerto, y solo esta mañana tres aeronaves trajeron heridos”, explicó.
La magnitud de la devastación
Entre las zonas más afectadas se encuentran Nurgal, Chawki y Asadabad, áreas rurales fronterizas con Pakistán. Allí, 5.412 viviendas fueron destruidas, y escuelas, mezquitas, tierras agrícolas y ganado también sufrieron daños graves. La crisis económica de Afganistán agrava la vulnerabilidad de las familias rurales, dejando a miles sin refugio ni recursos básicos.
Las imágenes desde el terreno muestran carreteras bloqueadas por deslizamientos de tierra, filas interminables de vehículos transportando heridos y suministros, mientras helicópteros trasladan víctimas a hospitales en Jalalabad y Asadabad. La maquinaria pesada trabaja incansable para despejar las vías, pero el terreno accidentado y la falta de infraestructura complican la respuesta.
Rescate y ayuda humanitaria
La Media Luna Roja Afgana confirmó que muchas personas permanecen atrapadas bajo los escombros y las labores de rescate continúan. La ONU estima que más de 12.000 personas han sido afectadas directamente, aunque el área impacta potencialmente a 3 millones de habitantes.
La Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) identificó como prioridades inmediatas: refugios temporales, agua potable, medicinas y alimentos de emergencia. Se liberaron 5 millones de dólares de su fondo de respuesta global, mientras que países como Reino Unido, India, China, Pakistán, Irán, Egipto y la Unión Europea enviaron asistencia humanitaria.
Contexto y desafíos
Afganistán enfrenta una crisis humanitaria agravada por la falta de recursos y restricciones del régimen talibán. Con un sistema sanitario debilitado y un acceso limitado a ayuda internacional en los últimos años, la capacidad para atender la emergencia es insuficiente. Expertos advierten que el número de víctimas podría aumentar, mientras los equipos de rescate siguen trabajando en zonas remotas y de difícil acceso.
Los testimonios de los habitantes muestran la magnitud de la tragedia: aldeas enteras reducidas a escombros, familias desplazadas y una población que enfrenta hambre, frío y enfermedades mientras espera asistencia urgente.
El terremoto en Kunar recuerda la vulnerabilidad de Afganistán ante desastres naturales. La coordinación internacional, la ayuda humanitaria y los esfuerzos de rescate son vitales para salvar vidas y ofrecer refugio a los afectados. La comunidad global sigue de cerca la evolución de esta tragedia, mientras miles de familias esperan una respuesta efectiva que pueda mitigar la devastación.
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