Rusia propone alto el fuego en Ucrania y condiciones para la paz duradera
Con un tono diplomático que busca calmar las aguas, pero con demandas claras, Rusia entregó este lunes a Ucrania el esperado memorándum que recoge su propuesta para lograr un alto el fuego en la guerra que ha devastado a millones de personas y redibujado el mapa geopolítico de Europa.
La iniciativa rusa, entregada por el jefe negociador Vladimir Medinski en Estambul, ofrece a Ucrania la posibilidad de elegir entre dos escenarios de alto el fuego, ambos condicionados a concesiones que reflejan las prioridades de Moscú: el reconocimiento de territorios ocupados y el cese de hostilidades bajo supervisión internacional.
Un primer paso: alto el fuego inicial y repatriación de cuerpos
El memorándum propone en primer lugar un alto el fuego de dos o tres días tras el inicio de las negociaciones de paz. Este breve respiro permitiría la recuperación de cadáveres en las llamadas “zonas grises” y el intercambio de hasta seis mil cuerpos de militares ucranianos por parte de Rusia. Una medida que, aunque humanitaria en la superficie, también busca generar confianza entre las partes antes de abordar las cuestiones de fondo.
Dos caminos hacia la paz: retirada ucraniana o condiciones especiales
Tras este primer alto el fuego, el texto ofrece a Ucrania dos opciones. La primera: firmar un Memorándum de Alto el Fuego de 30 días con la condición de que las Fuerzas Armadas de Ucrania se retiren de las regiones de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, consideradas por Rusia como territorios integrados a la Federación. Durante ese plazo, Ucrania debería completar la retirada total de sus tropas de dichos territorios.
La segunda opción permanece envuelta en misterio, con un “paquete de diez condiciones” cuya naturaleza aún no se ha revelado. Esto sugiere un proceso de negociación aún abierto y sujeto a los intereses estratégicos de Moscú.
Las exigencias rusas: elecciones y levantamiento de sanciones
El documento ruso no se limita a las fronteras: plantea la celebración de elecciones presidenciales y legislativas en Ucrania en un plazo de 100 días tras levantar la ley marcial. Además, exige el fin de las entregas de armas occidentales, el cese de “sabotajes” en territorio ruso y la prohibición del redespliegue militar ucraniano, excepto para retiradas pactadas.
Entre las condiciones más sensibles destaca la exigencia de que Ucrania se declare país neutral y desnuclearizado, sin presencia de fuerzas extranjeras en su territorio. Rusia busca también el reconocimiento internacional de Crimea, el Donbás y la llamada “Nueva Rusia” como parte integral de su Federación, un punto que podría convertirse en el mayor escollo para Kiev y la comunidad internacional.
Derechos y libertades: el dilema interno ucraniano
El plan ruso también aborda asuntos internos de Ucrania, exigiendo el respeto a los derechos de la minoría rusoparlante, el levantamiento de restricciones a la Iglesia Ortodoxa ucraniana y la prohibición de la apología del nazismo. Adicionalmente, pide la limitación del tamaño de las Fuerzas Armadas ucranianas, la liberación de presos políticos y la normalización de las relaciones diplomáticas y comerciales con Rusia, incluido el tránsito de gas.
La paz como propuesta, no como ultimátum
Vladimir Medinski insistió desde Estambul en que el memorándum “no es un ultimátum en absoluto”, sino una propuesta detallada que, en palabras del negociador, “nos permite lograr una auténtica paz o al menos un alto el fuego con grandes pasos hacia la estabilidad a largo plazo”. Según sus declaraciones, Ucrania se ha comprometido a estudiar el texto y a responder en breve.
Un proceso largo y lleno de desafíos
El memorándum subraya que el tratado de paz final deberá ser aprobado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que refleja la dimensión internacional del conflicto.
Entre tanto, la cuestión humanitaria también forma parte de las negociaciones: Rusia se comprometió a devolver 6 mil cadáveres ucranianos y espera la entrega de 6 mil cuerpos de militares rusos la próxima semana, además de un intercambio de al menos mil prisioneros de guerra, incluidos todos los heridos.
El caso de los niños y la desinformación
En relación con las denuncias sobre menores “secuestrados” por Rusia, Medinski aseguró que “ni un solo niño ha sido secuestrado” y que en realidad se trató de un “rescate humanitario”. Afirmó que Ucrania entregará una lista de 339 menores y que se revisará cada caso, entregando la información a la Oficina del Comisario de Derechos Humanos de Rusia.
Un camino incierto hacia la paz
El camino hacia la paz entre Rusia y Ucrania está plagado de desafíos, desconfianza y heridas profundas. Sin embargo, la entrega del memorándum ruso representa un paso importante para abrir negociaciones reales y, aunque lleno de condiciones, podría sentar las bases de un futuro acuerdo de paz que cambie el rumbo de la historia reciente de Europa.


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