El cielo nocturno sobre Ucrania volvió a iluminarse con explosiones. Eran las 23:00 del domingo cuando las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar, anunciando un nuevo ataque masivo: 108 drones Shahed fueron lanzados por Rusia, justo cuando Kiev y sus aliados europeos impulsaban una tregua de 30 días.
Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania, había extendido la mano hacia la paz. Con el apoyo de líderes de Francia, Alemania, Reino Unido y Polonia, presentó una propuesta clara al Kremlin: un alto el fuego inmediato por tierra, mar y aire. Pero la respuesta rusa no llegó en forma de palabras, sino de fuego.
55 drones abatidos, pero los daños persisten
La Fuerza Aérea ucraniana informó que logró interceptar y destruir 55 de los drones de ataque. Sin embargo, el resto causó estragos en regiones clave como Odesa, Mikoláyiv, Donetsk y Zhitómir. Además, 30 drones sin carga explosiva fueron utilizados como señuelo para confundir a las defensas.
La destrucción alcanzó infraestructuras civiles, estaciones ferroviarias y áreas residenciales. Ukrzaliznytsia, la compañía ferroviaria nacional, denunció ataques directos a sus líneas, dificultando aún más el movimiento interno del país.
¿Tregua en el horizonte o estrategia de desgaste?
La contradicción es brutal: mientras Ucrania clama por una pausa humanitaria y una oportunidad de diálogo en Turquía este jueves, Moscú responde con la ofensiva más masiva de drones en semanas. Incluso Donald Trump, en su red Truth Social, presionó por una negociación inmediata, asegurando que Putin se mostraba dispuesto a conversar.
Zelensky, sin embargo, fue enfático: “Esperaré personalmente a Putin en Turquía, incluso si la tregua no ha comenzado para entonces”.
Conversaciones con antecedentes frágiles
En marzo de 2022, ambas partes se sentaron en Estambul buscando una solución diplomática al conflicto. El esfuerzo fracasó. Desde entonces, el contacto ha sido escaso, limitado al intercambio de prisioneros y otras cuestiones humanitarias. Hoy, con más de 300,000 muertos y millones de desplazados, cada intento de diálogo parece una carrera contra el tiempo.
Putin argumenta que cualquier negociación debe abordar las “causas fundamentales” del conflicto: supuestas amenazas de la OTAN, la defensa de los rusoparlantes del Donbás y la desmilitarización de Ucrania. Sin embargo, tanto Kiev como Occidente han rechazado estas demandas, acusando al Kremlin de disfrazar una expansión imperialista.
Esperanza entre la devastación
En medio del fuego cruzado, Zelensky continúa apelando a la diplomacia, ahora también con la intervención del Papa León XIV, a quien invitó recientemente a visitar Ucrania. Su presencia, asegura el presidente, traería esperanza a un pueblo que lleva más de tres años resistiendo.
Mientras tanto, el reloj avanza hacia el jueves, y el mundo observa si Estambul será un punto de inflexión o un nuevo desencuentro.
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