¿Podría ser Robert Francis Prevost el primer Papa estadounidense? Este Cardenal agustino, nacido en Chicago pero con décadas de experiencia misionera en Perú y ahora al frente del influyente Dicasterio para los Obispos, es un papabile discreto pero con un perfil único que podría dar la sorpresa en el cónclave 2025.
Aunque la idea de un Papa estadounidense ha sido históricamente vista con recelo debido al poder geopolítico de EE. UU., la figura de Robert Francis Prevost, de 69 años, presenta matices interesantes. Nacido en Chicago, gran parte de su vida sacerdotal y episcopal transcurrió en Perú, donde incluso obtuvo la ciudadanía. Esta doble identidad cultural y su rol clave actual en el Vaticano lo convierten en un candidato atípico y con potencial para tender puentes.
Orígenes y Vocación: De Chicago a los Andes
Robert Francis Prevost nació en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955. Creció en una familia con raíces italianas, francesas y españolas. Realizó sus estudios secundarios en el seminario menor de la Orden de San Agustín (OSA).
Su formación académica es sólida y variada:
- Licenciatura (B.S.) en Matemáticas: Villanova University (universidad agustina en Pensilvania), 1977.
- Maestría en Divinidad (M.Div.): Catholic Theological Union (CTU) en Chicago, 1982.
- Derecho Canónico: Licenciatura (1984) y Doctorado (1987) en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Su tesis doctoral versó sobre «El rol del prior local en la Orden de San Agustín».
Ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (Agustinos) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981. Fue ordenado sacerdote en Roma el 19 de junio de 1982.
Una Vida al Servicio de la Iglesia: Misión, Liderazgo y Curia
La trayectoria de Prevost combina la experiencia misionera en Latinoamérica, el liderazgo dentro de su orden religiosa y, más recientemente, un puesto de máxima responsabilidad en la Curia Romana.
- Misión en Perú: Poco después de terminar su doctorado en Roma, fue enviado a la misión agustina en Perú en 1985. Salvo un breve paréntesis en EE. UU. (1987-1988), trabajó allí intensamente hasta 1999. Fue canciller de la Prelatura de Chulucanas, director del seminario agustino en Trujillo, profesor de derecho canónico, prefecto de estudios, párroco y vicario judicial. Esta larga inmersión en la realidad peruana marcó profundamente su perfil.
- Liderazgo Agustino: Regresó a Chicago en 1999 al ser elegido Prior Provincial de su provincia agustina. Solo dos años y medio después, en 2001, fue elegido Prior General de la Orden de San Agustín a nivel mundial, con sede en Roma. Fue reelegido para un segundo mandato de seis años, sirviendo como líder máximo de los agustinos hasta 2013. Como Prior General, viajó extensamente por el mundo, lo que le dio una gran visibilidad internacional.
- Episcopado en Perú: En 2014, el Papa Francisco lo envió de nuevo a Perú, nombrándolo Administrador Apostólico y luego Obispo de Chiclayo (ordenado el 12 de diciembre de 2014). Adquirió la ciudadanía peruana en 2015. También fue segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.
- Prefecto en el Vaticano: En enero de 2023, Francisco lo llamó a Roma para un puesto clave: Prefecto del Dicasterio para los Obispos, el organismo encargado de seleccionar y proponer candidatos episcopales al Papa para gran parte del mundo. Este rol le otorga una influencia y un conocimiento de la jerarquía mundial excepcionales. Simultáneamente, fue nombrado Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
- Cardenalato: Fue creado Cardenal por Francisco el 30 de septiembre de 2023. En 2025, Francisco lo elevó al rango más alto de Cardenal-Obispo, una señal de gran estima.
(Incluir imagen relevante aquí: Prevost en Perú o con otros obispos)
Estilo y Pensamiento: El Misionero Discreto y Eficaz
Prevost es descrito como una persona trabajadora, con un enfoque pastoral y un estilo discreto y reservado. No busca el protagonismo mediático. Quienes lo conocen de su etapa como Prior General destacan su capacidad de escucha y su habilidad para hacer sentir importantes a las personas, incluso a los jóvenes.
Se le considera un firme partidario de la sinodalidad impulsada por Francisco, viéndola como una forma de incluir más voces (laicos, religiosos/as) en la vida de la Iglesia y superar la polarización. Como Prefecto para los Obispos, supervisó la histórica inclusión de mujeres con derecho a voto en el proceso de selección episcopal.
En cuanto a doctrina y pastoral:
- Apoyó la apertura pastoral de Francisco para permitir, caso por caso, la comunión a divorciados vueltos a casar.
- Mostró un apoyo moderado a Fiducia Supplicans, la declaración sobre bendiciones a parejas irregulares.
- Tiene un fuerte compromiso con la protección de menores, habiendo sido el primer presidente de la comisión episcopal sobre este tema en Perú y acompañado a víctimas. Sin embargo, enfrentó acusaciones (negadas por la diócesis) de inacción en un caso específico en Perú, que no prosperaron ni en el Vaticano ni en la fiscalía local.
- Enfatiza que la autoridad del obispo es para servir, acompañar y enseñar, no para actuar como un «pequeño príncipe». Rechaza el clericalismo.
Su perfil no encaja fácilmente en las categorías de «conservador» o «progresista». Su experiencia misionera y su enfoque en la escucha y la sinodalidad lo alinean con Francisco, pero su discreción doctrinal lo diferencia de figuras más abiertamente reformistas.
Más Allá de la Púrpura: Un Agustino para el Siglo XXI
La identidad agustina de Prevost es central. Su formación y liderazgo en una orden con una rica tradición intelectual y comunitaria informan su visión de la Iglesia: una que busca la unidad sin uniformidad, ama la verdad sin sacrificar la caridad, y está arraigada en la historia pero abierta al Espíritu.
Es políglota, hablando inglés, español, italiano y francés, además de portugués y leyendo latín y alemán. Esta habilidad lingüística es un activo importante para un líder global.
No hay mucha información pública sobre sus hobbies o intereses personales fuera de su ministerio. Sin embargo, su formación inicial en matemáticas sugiere una mente analítica.
Una anécdota reveladora de su estilo la cuenta un participante del Encuentro Juvenil Agustino de 2010 en Inglaterra: a pesar de ser el Prior General y estar muy ocupado, Prevost dedicó tiempo y atención a conversar con él, un joven discerniendo su vocación, haciéndolo sentir «visto».
«La autoridad que tenemos es para servir, para acompañar a los sacerdotes, para ser pastores y maestros… Un obispo no debe ser un pequeño príncipe sentado en su reino.» – Card. Prevost
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