En un desafío directo a las sanciones internacionales y a la arquitectura de seguridad liderada por Estados Unidos, la relación entre Pyongyang y Moscú ha trascendido el suministro de municiones para convertirse en una alianza militar en toda regla. Informes de inteligencia y análisis de expertos del Stimson Center confirman que Corea del Norte se prepara para desplegar miles de soldados en el campo de batalla ucraniano, posiblemente en el frente de Kursk.
Este movimiento es la culminación del «Tratado de Asociación Estratégica Integral» firmado entre Vladimir Putin y Kim Jong Un en junio pasado. El artículo 4 de dicho pacto es clave, pues estipula que un país puede proporcionar «asistencia militar y de otro tipo» al otro en caso de una invasión extranjera. Para el Kremlin, la intervención de la OTAN en Ucrania justifica la activación de esta cláusula.
El Eco en México y Latam: Un Mundo más Peligroso
La entrada de tropas norcoreanas en un conflicto europeo puede parecer lejana, pero sus implicaciones son directas y preocupantes para nuestra región:
- Normalización de Intervenciones: Legitima la idea de que los conflictos pueden ser «internacionalizados» por alianzas ideológicas, creando un precedente peligroso. Países autoritarios en América Latina podrían sentirse envalentonados a buscar pactos similares.
- Desvío de la Atención y Recursos: Mientras Estados Unidos y Europa se ven forzados a recalcular la nueva dinámica en Ucrania, se reduce el ancho de banda diplomático y de seguridad para atender crisis en otras partes del mundo, incluyendo el hemisferio occidental.
- Mercado Negro de Armas y Tácticas: La experiencia de combate que adquirirán los soldados norcoreanos en una guerra moderna y de alta tecnología podría ser «exportada» posteriormente, ya sea en forma de entrenamiento o venta de armas a actores no estatales o regímenes hostiles en cualquier parte del globo.
«Desde un punto de vista de operaciones militares, Corea del Norte ahora tiene exposición directa a la guerra moderna, algo que Corea del Sur no tiene. Esto le da a Kim Jong Un pocos o ningún incentivo para dialogar con Estados Unidos», señala Rachel Minyoung Lee, experta en Corea del Norte del Stimson Center.
La Rivalidad Subyacente: El Eje Anti-Occidental se Consolida
Este pacto de sangre no solo ayuda a Rusia a paliar su escasez de tropas, sino que ofrece a Corea del Norte beneficios invaluables. Más allá del pago económico, Pyongyang obtiene acceso a tecnología militar rusa, experiencia de combate real y un socio con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU que lo protege de nuevas sanciones.
La alianza solidifica un eje Moscú-Pyongyang que, según analistas, ya es más importante para Rusia en términos militares que sus vínculos con China o Irán. Para Kim Jong Un, esta relación le otorga una palanca crucial frente a Beijing, demostrando que tiene otras opciones estratégicas y no depende exclusivamente del gigante asiático.
El mundo asiste a la formación de un bloque cada vez más cohesionado y dispuesto a desafiar el orden liberal de la posguerra fría. La presencia de soldados norcoreanos en suelo europeo es la manifestación más tangible y alarmante de esta nueva y peligrosa realidad geopolítica.


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