El 3 de diciembre de 2024, Corea del Sur se sumergió en una de sus crisis políticas más intensas cuando el presidente Yoon Suk Yeol decretó la ley marcial. Este acto desató protestas masivas y una respuesta inmediata de la Asamblea Nacional, controlada por la oposición liberal, que terminó destituyéndolo.
Lo que comenzó como una tensión política entre el ejecutivo y la legislatura pronto escaló a un escenario de agitación social, inestabilidad financiera y debates internacionales sobre la democracia en el país.
Yoon Suk Yeol y su defensa ante la Corte Constitucional
Desde su destitución, Yoon ha insistido en que su decreto de ley marcial fue una medida desesperada para frenar lo que consideraba una amenaza para el país. Durante su audiencia final ante la Corte Constitucional, el exmandatario defendió su acción, alegando que la Asamblea Nacional estaba en manos de un «nido de criminales».
En su declaración, Yoon explicó que su intención nunca fue suspender el trabajo legislativo, sino exponer a la opinión pública los peligros de una oposición mayoritaria que, según él, obstruía su agenda de reformas.
Impacto del decreto de ley marcial en el país
El decreto no solo generó una crisis política sin precedentes, sino también afectó la economía. Los mercados financieros se vieron sacudidos, con caídas en la bolsa de valores y la desconfianza de los inversionistas. Además, Corea del Sur experimentó manifestaciones masivas tanto a favor como en contra de Yoon, polarizando a la población.
Testimonios de militares que participaron en el despliegue de tropas revelaron que el plan inicial de Yoon incluía la expulsión por la fuerza de legisladores para evitar que votaran en su contra, lo que ha reforzado los cargos de rebelión en su contra.
Reacciones nacionales e internacionales
Las potencias occidentales, incluidos Estados Unidos y la Unión Europea, han mostrado preocupación por la situación en Corea del Sur. Mientras tanto, China y Rusia han evitado condenar abiertamente a Yoon, limitándose a hacer un llamado al respeto del orden constitucional.
Dentro del país, las reacciones han sido diversas. Mientras los conservadores consideran que Yoon actuó en defensa del país, los liberales lo ven como un intento de consolidar el poder de forma autoritaria.
Posibles escenarios tras el fallo de la Corte Constitucional
La Corte Constitucional debe decidir si restituye a Yoon Suk Yeol o confirma su destitución. Si es restituido, Yoon ha prometido reformas constitucionales, incluyendo la posibilidad de acortar su mandato en favor de una transición política ordenada.
En caso de ser destituido definitivamente, Corea del Sur deberá convocar nuevas elecciones en un plazo de dos meses, lo que abriría una lucha política intensa entre los partidos conservador y liberal.
Independientemente del resultado, Corea del Sur enfrenta uno de los momentos más divididos de su historia reciente, con un país fracturado entre quienes apoyan a Yoon y quienes buscan su salida definitiva.
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