El reciente triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos marca un momento crucial para la relación bilateral entre ambos países. Su regreso es una clara señal del peso que tienen las preocupaciones cotidianas en el voto y pone en evidencia cómo el discurso populista sigue resonando en la población. Analizar cómo y por qué Trump logró esta victoria arroja luz sobre un cambio político profundo que afecta a ambos lados de la frontera.
¿Por qué ganó Trump? La conexión con las preocupaciones reales
Mientras el equipo de Kamala Harris se concentraba en temas de justicia social y mensajes de alta abstracción como la «defensa de la democracia», Trump enfocó su discurso en preocupaciones más inmediatas para el votante promedio: economía, migración y seguridad. Los costos de vida, la sensación de inseguridad y la incertidumbre económica en un entorno globalizado resultaron temas decisivos, que Trump supo manejar de manera efectiva.
Aunque su retórica es divisiva y muchas de sus promesas no se sostienen al ser analizadas en detalle, el candidato republicano logró sintonizar con un electorado que se siente ignorado. Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos. Algo similar ocurrió en México con Andrés Manuel López Obrador y ahora con la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo discurso de “primero los pobres” resonó entre las mayorías.
La desconexión de las élites políticas y su impacto en el electorado
En 2020, la victoria de Joe Biden fue leída como un “retorno a la normalidad”, una muestra de que el electorado “recapacitaba” y regresaba a un modelo de estabilidad. Sin embargo, los resultados de 2024 reflejan que las élites políticas y los partidos tradicionales de ambos lados no han logrado conectar con los votantes. A diferencia de la visión de Biden y Harris, quienes veían la presidencia de Trump como un “lapsus histórico”, Trump y sus aliados entienden que su electorado se siente rechazado por una clase política que intenta “educarlos” o “corregirlos”.
La victoria de Trump refleja una tendencia que va más allá de ideologías, y que reitera el poder de los discursos que validan los sentimientos y las experiencias de las personas comunes, sin importar si son políticamente correctos. Los votantes sienten una validación en los populistas, quienes no solo hablan como ellos, sino que presentan propuestas sencillas y directas para problemas complejos.
México ante el regreso de Trump: una relación complicada
En el plano internacional, el retorno de Trump es especialmente significativo para México. Durante su primer mandato, las tensiones diplomáticas alcanzaron niveles altos debido a la presión migratoria y a la visión comercial de Trump, que priorizaba el proteccionismo. El nuevo mandato de Trump probablemente repita y amplifique estas presiones. En el contexto de la Cuarta Transformación y con Sheinbaum al frente de la presidencia, México y Estados Unidos enfrentan grandes retos en materia de:
- Economía y comercio: La política de “Estados Unidos primero” de Trump prioriza los intereses económicos estadounidenses, lo que podría significar nuevos obstáculos para las empresas mexicanas. Aunque el T-MEC garantiza ciertas bases de cooperación, el nuevo gobierno estadounidense podría buscar renegociaciones o ajustes que favorezcan a la industria estadounidense, especialmente en sectores estratégicos como la automotriz.
- Migración: La migración fue uno de los temas más polémicos en la primera administración de Trump y uno de los pilares de su campaña. Es probable que Trump vuelva a implementar políticas restrictivas y que incluso endurezca la postura de su gobierno hacia México en temas migratorios. Esto plantea un desafío para Sheinbaum, quien tendrá que buscar soluciones para proteger los derechos de los migrantes y equilibrar la relación diplomática.
- Seguridad y narcotráfico: La lucha contra el narcotráfico y el control de la seguridad fronteriza han sido temas de constante fricción. La política de Trump se ha caracterizado por presionar a México para obtener resultados inmediatos. Con el regreso de Trump, es probable que esta presión aumente, lo que obligará al gobierno mexicano a implementar estrategias más efectivas y rápidas para controlar el narcotráfico y evitar tensiones diplomáticas.
- Cambio climático y políticas energéticas: Trump es un conocido escéptico del cambio climático y durante su primer mandato retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París. Este enfoque podría significar un retroceso en la colaboración ambiental entre ambos países y en la creación de políticas energéticas sostenibles. Para México, cuya administración actual también ha mostrado una inclinación hacia políticas energéticas basadas en hidrocarburos, esta postura puede suponer un obstáculo para desarrollar una agenda ambiental más ambiciosa.
¿Cómo se adaptará la 4T al desafío de un vecino polarizante?
El gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta el desafío de encontrar un balance en su relación con Trump sin ceder a todas las demandas de Estados Unidos. La diplomacia será clave para mantener una relación estable y productiva. La presidenta mexicana deberá adaptar su estrategia exterior para manejar la postura nacionalista de Trump y preservar los intereses de México en sectores clave como la economía y la seguridad.
Aunque el reto es grande, México ha demostrado en el pasado una capacidad de negociación que será puesta a prueba nuevamente. A diferencia del primer mandato de Trump, Sheinbaum se encuentra en una posición en la que el electorado mexicano respalda su administración, lo que podría fortalecer su posición frente a las demandas de Estados Unidos.
Lecciones para las élites políticas: una nueva era de liderazgo
El triunfo de Trump, al igual que el de Sheinbaum, evidencia que la política actual requiere un enfoque diferente: una cercanía con las demandas cotidianas y un rechazo a la desconexión de las élites. Mientras los partidos tradicionales mantengan una postura elitista y lejana a las necesidades de las mayorías, los candidatos populistas seguirán ganando terreno. Ambos mandatarios han comprendido que la clave está en conectar emocionalmente con el electorado y en ofrecer respuestas directas a los problemas.
Sin embargo, cumplir con las expectativas generadas es otra historia. Las políticas de ambos gobiernos populistas enfrentarán un sinfín de obstáculos, y queda por ver si podrán mantener la confianza de sus respectivos pueblos en un contexto tan volátil.
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