El Papa León XIV presidió una Misa multitudinaria en la Plaza de San Pedro este 1 de junio de 2025, marcando la clausura del Jubileo de las Familias, Niños, Abuelos y Ancianos. Ante más de 70.000 fieles de 131 países, el Sumo Pontífice enfatizó el papel fundamental de la familia y la fe como pilares para la paz y la unidad en el mundo, reafirmando la duradera influencia global del Vaticano.
La ciudad de Roma fue el epicentro de un evento de gran trascendencia religiosa y social este domingo, con la clausura del Jubileo de las Familias, Niños, Abuelos y Ancianos. El Papa León XIV presidió una Misa solemne en la Plaza de San Pedro, a la que asistieron más de 70.000 personas procedentes de 131 países.
Durante su homilía, el Santo Padre se centró en «La Oración de Jesús» del Evangelio de Juan, destacando la importancia de la unidad y el plan de Dios para la humanidad. El Papa León XIV transmitió varios mensajes clave sobre la familia y la fe: afirmó que las familias son la «cuna del futuro de la humanidad», subrayó la importancia del pacto matrimonial como medida del amor verdadero y las consideró lugares privilegiados para encontrar a Jesús. Animó a los padres a ser ejemplos de integridad, a los hijos a mostrar gratitud y a los abuelos a velar por sus seres queridos con sabiduría y compasión. Proclamó que la unidad, arraigada en Cristo, convierte a las familias en un signo de paz para la sociedad y el mundo.
La duradera influencia global del Vaticano a través de las enseñanzas sociales y morales
A pesar de ser un evento hiperlocal para Roma, los pronunciamientos del Vaticano, especialmente sobre unidades sociales fundamentales como la familia, resuenan globalmente en diversas culturas y naciones, mucho más allá de los fieles católicos. La masiva asistencia internacional a la Misa subraya este atractivo universal y el poder blando único del Vaticano para dar forma al discurso moral y social en todo el mundo. El énfasis en la «ética en los medios» en el Día Mundial de las Comunicaciones Sociales, que también se celebró el 1 de junio, destaca aún más la conciencia del Vaticano sobre su papel en la era de la información digital.
El Vaticano sigue siendo una autoridad moral global significativa, utilizando eventos como el Jubileo para reforzar los valores tradicionales y abordar los desafíos sociales contemporáneos, como la desintegración familiar, desde una perspectiva espiritual. Sus mensajes, amplificados por los medios globales, influyen en la opinión pública y en las discusiones sobre políticas sociales en todos los continentes, lo que convierte a Roma en un punto focal para el liderazgo espiritual y ético. La capacidad de congregar a 70.000 personas de más de un centenar de países en un solo lugar para reflexionar sobre estos temas fundamentales demuestra la profunda y perdurable relevancia de la Santa Sede en el panorama mundial.
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