En un discurso cargado de tensión y determinación, el primer ministro Benjamin Netanyahu reafirmó este domingo que Israel no aceptará la presencia de fuerzas internacionales “inaceptables” en la Franja de Gaza. Con tono desafiante, el líder israelí insistió en que su país “seguirá controlando su propio destino”, una frase que resume la postura de su gobierno frente a las presiones internacionales.
La advertencia llega en un momento delicado, cuando Washington busca consolidar el alto el fuego vigente desde el 10 de octubre y promover la creación de una fuerza internacional de estabilización. Pero Netanyahu dejó claro que, aunque la cooperación con Estados Unidos es “histórica”, Israel no permitirá injerencias externas en su seguridad nacional.
Una relación “de socios, no de subordinación”
Durante la reunión de gabinete, Netanyahu respondió a las versiones que lo señalan de actuar bajo influencia estadounidense.
“Cuando estuve en Washington, decían que controlo al Gobierno de Estados Unidos. Ahora afirman que somos dependientes de ellos. Ninguna de las dos cosas es cierta”, enfatizó.
El primer ministro recalcó que Israel y Estados Unidos son aliados estratégicos, pero cada uno “mantiene su independencia y toma decisiones soberanas”. En ese contexto, subrayó que la coordinación con la administración de Donald Trump ha alcanzado niveles sin precedentes, especialmente en materia de defensa y suministro de armamento.
El control de Gaza, un punto de no retorno
Netanyahu fue tajante al asegurar que Israel seguirá controlando la seguridad en Gaza, incluso durante el alto el fuego. “Nos defenderemos por nuestra cuenta y responderemos según nuestra discreción, sin pedir permiso a nadie”, declaró.
Las palabras del líder israelí se producen pocos días después de los bombardeos del 19 de octubre, en los que murieron al menos 45 personas, pese a la tregua. Según fuentes militares, los ataques fueron una represalia tras la muerte de dos soldados en Rafah, un hecho que generó controversia dentro y fuera de Israel.
Washington, el aliado que presiona
El Canal 12 de Israel reveló que el enviado estadounidense Steve Witkoff pidió a Netanyahu no utilizar la entrada de ayuda humanitaria como herramienta de presión para obtener los cuerpos de rehenes israelíes. La filtración desató críticas internas y reavivó el debate sobre el papel de Estados Unidos en la gestión del conflicto.
Aun así, Netanyahu aseguró que la coordinación con Washington “sigue firme” y que ambas naciones comparten una visión común:
“proteger la seguridad de Israel y garantizar la estabilidad regional”.
Sin embargo, advirtió que solo Israel decidirá qué fuerzas internacionales serán aceptadas en Gaza.
Un alto el fuego bajo vigilancia internacional
El acuerdo de tregua, impulsado por Trump, permitió la liberación de 20 rehenes vivos y 15 cuerpos a cambio de 2,000 prisioneros palestinos. Aunque el pacto frenó temporalmente la violencia, sigue siendo frágil. Netanyahu sostiene que el éxito del alto el fuego dependerá del control israelí sobre el terreno y no de la presencia de observadores extranjeros.
“El destino de Israel está en nuestras manos”, concluyó, reafirmando su promesa de mantener el control total sobre las decisiones militares y políticas en Gaza.
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