La reciente cancelación de la Feria Ganadera en Culiacán, sumada al secuestro y ejecución de uno de sus líderes, refleja un control preocupante del cártel sobre la vida pública. Esta realidad exhibe un narcoestado funcional donde las líneas entre autoridad y crimen se desdibujan peligrosamente.
El dominio de los cárteles no solo implica la regulación de actividades económicas, sino también una fuerte influencia social, con presencia normalizada y control sobre comunidades enteras. Todo esto sucede bajo el manto de la complicidad y omisión de las autoridades en los tres niveles de gobierno.
La política de abrazos: ¿Un legado de complicidad?
La estrategia de «abrazos, no balazos» adoptada durante el sexenio pasado ha demostrado ser ineficaz. Lejos de disminuir la violencia, ha empoderado a los grupos criminales al ofrecerles un margen de maniobra inédito.
El impacto de esta política va más allá de lo local, afectando la confianza internacional. Estados Unidos y Canadá ven con recelo las decisiones de México, especialmente en temas de seguridad. El reciente pronunciamiento del embajador Ken Salazar sobre el fracaso de la estrategia mexicana refuerza la percepción de un socio poco confiable.
La llegada de Trump: un golpe de realidad
La victoria de Donald Trump no solo representa un cambio en la Casa Blanca, sino un cambio de narrativa hacia México. El magnate ya ha dejado entrever su enfoque de confrontación. Se espera que su administración inicie con acciones contundentes para satisfacer a su base política, con México como un objetivo prioritario.
Entre las posibles estrategias destacan:
- Presión sobre líderes mexicanos: Trump podría tomar medidas directas contra figuras prominentes para construir una narrativa de fuerza.
- Aranceles y medidas económicas: Como herramienta para forzar cambios en las políticas de seguridad y migración.
- Intervención en temas de seguridad nacional: Con el pretexto del combate a los cárteles, podría intensificar la cooperación (o imposición) militar.
¿Cómo responderá el gobierno de Sheinbaum?
La presidenta Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de tomar control real sobre su administración y marcar distancia del legado lopezobradorista. Su capacidad para manejar las tensiones internas en Morena será clave, especialmente después del desaseo político por la reelección de Rosario Piedra en la CNDH.
El reto no es menor. Las decisiones tomadas en estos primeros meses definirán el tono de su administración frente a los Estados Unidos y la comunidad internacional. La prioridad debe ser recuperar la confianza en las instituciones y establecer un plan sólido de seguridad que enfrente tanto al crimen organizado como a los intereses externos.
El futuro inmediato: incertidumbre y acción
Con la llegada de Trump y las crecientes críticas internacionales, México no tiene margen de error. El narcoestado en Sinaloa es solo un ejemplo de un problema mayor que exige soluciones urgentes y un liderazgo decidido.
El gobierno de Sheinbaum debe demostrar que puede ser más que una continuidad del pasado. Su desafío no solo es interno, sino global, y el tiempo para actuar se está agotando.
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