A solo unos años de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026, México se enfrenta a una encrucijada. La elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos plantea un escenario desafiante, donde se avecinan posibles cambios en las políticas comerciales y una posible imposición de aranceles que afecten al sector automotriz y otras industrias clave. Para México, anticiparse será esencial, especialmente en los sectores más vulnerables y estratégicos, como el automotriz y el de logística ferroviaria.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía, y Juan Ramón de la Fuente, titular de Relaciones Exteriores, ya se han reunido con empresarios para abordar estos desafíos y fortalecer la defensa del tratado. Esto se convierte en una carrera contra el tiempo, con temas como los porcentajes de contenido regional y la integración de la cadena de suministro como aspectos críticos a considerar.
Sector automotriz: el motor de México que enfrenta posibles aranceles
El sector automotriz ha sido uno de los pilares de la economía mexicana. Estados Unidos es el principal destino de estos vehículos, ensamblados en plantas mexicanas de marcas como Toyota, Kia y Audi, y comprados a menor costo por consumidores estadounidenses. No obstante, la posibilidad de que Trump imponga nuevos aranceles preocupa a directivos como Horacio Chávez de Kia y Luis Lozano de Toyota, quienes ya han expresado inquietudes sobre el futuro de la industria.
¿Por qué es importante proteger este sector?
El sector automotriz aporta significativamente al PIB de México y representa una fuente de empleos en estados como Nuevo León y el Bajío. Además, los costos de producción en México permiten que los consumidores estadounidenses adquieran estos vehículos a precios competitivos. Cualquier aumento en aranceles encarecería los productos, afectando no solo a los fabricantes, sino también a los consumidores en Estados Unidos.
La estrategia de México en el T-MEC: aliados para enfrentar a China
La alianza de México con Estados Unidos bajo el T-MEC no solo favorece el comercio bilateral, sino que también fortalece a ambos países en su competencia con China. En el mercado automotriz mexicano, ya hay más de 10 marcas chinas en operación, y el crecimiento de estas empresas representa una amenaza competitiva para las marcas estadounidenses. En este contexto, México puede desempeñar un papel clave ayudando a Estados Unidos a reducir su dependencia de los productos chinos.
¿Qué puede hacer México?
México tiene la oportunidad de posicionarse como un socio confiable para Estados Unidos, fortaleciendo sus cadenas de suministro y enfocándose en el “nearshoring” o relocalización de empresas. Este movimiento busca atraer inversiones de empresas estadounidenses para que produzcan en suelo mexicano, aprovechando la cercanía geográfica y los beneficios del T-MEC.
El “ferrocarril del T-MEC”: infraestructura ferroviaria como ventaja competitiva
Un componente fundamental de la integración comercial es el transporte ferroviario. Michoacán, gobernado por Alfredo Ramírez Bedolla, alberga una de las redes ferroviarias más importantes para el comercio norteamericano.
El tren Canadian Pacific-Kansas City, conocido como el “ferrocarril del T-MEC”, cubre rutas desde el Puerto de Lázaro Cárdenas hasta Canadá, conectando el Bajío, Nuevo León y Texas. Esta red permite a México transportar productos de manera rápida y económica, siendo una pieza esencial en la logística del T-MEC.
Puerto de Lázaro Cárdenas: nodo clave del comercio
El Puerto de Lázaro Cárdenas maneja 28 millones de toneladas de carga al año y es el principal punto de entrada y salida de vehículos ensamblados en el Bajío, con 800 mil autos nuevos anualmente. Con esta infraestructura, México puede ofrecer alternativas más competitivas que el puerto de Veracruz, que a menudo enfrenta problemas de congestión. Esto no solo agiliza el comercio, sino que también fortalece la posición de México como un aliado estratégico para Estados Unidos y Canadá.
La clave para el éxito en 2026: colaboración y estrategia conjunta
El gobierno mexicano, bajo la dirección de Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente, ya está trabajando para desarrollar una estrategia sólida que defienda los intereses comerciales del país en la próxima revisión del T-MEC.
Entre las prioridades se encuentra la necesidad de proteger el sector automotriz y asegurar que los aranceles no impacten negativamente a los consumidores estadounidenses. Al mismo tiempo, México debe seguir construyendo alianzas con el sector privado estadounidense, que ha sido clave para mantener la relación comercial estable.
¿Qué han propuesto los empresarios?
Directivos de las principales industrias en México han resaltado la importancia de transmitir el mensaje de que el T-MEC no solo beneficia a México, sino también a Estados Unidos. De acuerdo con estadísticas recientes, las exportaciones de México crecieron un 6.5%, mientras que las de Estados Unidos crecieron un 4.7%. Esto demuestra que el T-MEC es una herramienta valiosa para ambos países y refuerza el argumento de que México es el mejor aliado comercial de Estados Unidos en Norteamérica.
Innovación y desarrollo de emprendedores: fortalecer la economía local
En paralelo, el crecimiento de sectores emergentes y el impulso a emprendedores es una estrategia que México no debe descuidar. Eventos como el STP Summit 2023, impulsado por Jaime Márquez Poo y la alianza con 500 LatAm, están creando oportunidades de mentoría y apoyo financiero para startups mexicanas. Estos esfuerzos son esenciales para diversificar la economía y hacerla menos dependiente de industrias específicas, como la automotriz, logrando así un crecimiento más balanceado y sostenible.
Anticipación y preparación para una relación sólida en 2026
La próxima revisión del T-MEC representa una oportunidad y un desafío para México. Con la llegada de Donald Trump al poder y sus posibles medidas proteccionistas, México debe prepararse con una estrategia bien fundamentada que defienda sus intereses. Proteger al sector automotriz, impulsar alianzas estratégicas y fortalecer la infraestructura de transporte son piezas clave en la defensa del tratado.
México ha demostrado ser un aliado fuerte y estable para Estados Unidos en la economía global, y es este papel el que se debe reforzar en la próxima revisión del T-MEC. La colaboración proactiva y el apoyo del sector privado serán determinantes para enfrentar los retos de 2026 y asegurar que la relación comercial entre ambos países se mantenga como un pilar de crecimiento para Norteamérica.
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