La frase de la ONU resuena como un eco incómodo: “Nunca más se ha convertido deliberadamente en otra vez”. Con esas palabras, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (Unrwa) denunció la magnitud de la tragedia en Gaza, donde la población enfrenta bombardeos, destrucción y ahora la amenaza más silenciosa: la hambruna.
El storytelling del dolor palestino se refleja en cada relato de sobrevivientes. Vecinos de Zeitoun y Shejaiya contaron que la noche se iluminó con explosiones que arrasaron viviendas y calles enteras. En Jabaliya, edificios colapsaron bajo la ofensiva israelí, mientras familias buscaban a sus hijos entre escombros.
Israel, rehenes y el frágil debate del alto al fuego
El jefe del ejército israelí, Eyal Zamir, sorprendió al reconocer que “hay un acuerdo sobre la mesa” y urgió al primer ministro Benjamin Netanyahu a aceptarlo. El pacto, respaldado por Hamas, podría liberar rehenes y poner un alto a la guerra.
Sin embargo, desde el gobierno israelí la narrativa es otra: reforzar el control territorial. El ejército declaró que sus tropas “desmantelan la infraestructura terrorista” y justifican así la expansión de la ofensiva.
Hamas, por su parte, advirtió que la negativa a un alto al fuego solo condena la vida de los rehenes y prolonga la tragedia.
Derechos humanos: silencio internacional y denuncias en Cisjordania
Mientras Gaza arde, en Cisjordania el asedio se recrudece. Colonos israelíes, con apoyo del ejército, arrasaron con más de 30 hectáreas de olivos en Al Mughayir. Para agricultores locales, la estrategia busca desplazar forzosamente a familias palestinas y ampliar asentamientos.
La acusación de violaciones a derechos humanos se extiende también a prisioneros palestinos, quienes —según Hamas— permanecen incomunicados y ocultos por las fuerzas israelíes. A pesar de ello, la respuesta internacional sigue siendo limitada.
Europa y Oceanía: la presión crece en las calles
La guerra en Gaza ya no solo se libra en Medio Oriente, sino también en la diplomacia global. Decenas de miles protestaron en Australia bajo la consigna “sanciones a Israel ahora”. En Dinamarca, más de 10 mil personas exigieron el reconocimiento del Estado palestino.
En Francia, las tensiones aumentaron luego de que el embajador de Estados Unidos acusara a Emmanuel Macron de tibieza ante el antisemitismo. París respondió con un gesto diplomático contundente: llamar al embajador a consulta.
Del dolor y la esperanza
La historia de Gaza es la de un pueblo atrapado entre el fuego cruzado de la guerra y la indiferencia internacional. La ONU lanza un grito que no es solo político, sino moral: impedir que la frase “nunca más” quede como un recuerdo vacío.
Cada día sin acuerdo significa más vidas perdidas, más hambre y más dolor. El mundo observa, protesta, pero aún no actúa con la fuerza necesaria para detener una tragedia que ya forma parte de la memoria colectiva.
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