El ejército de Israel afirmó que el reciente ataque a un hospital en el sur de Gaza, que dejó 20 muertos, incluidos cinco periodistas, tenía como objetivo una cámara de vigilancia utilizada por Hamás y no a los civiles.
El primer ministro Benjamin Netanyahu calificó el incidente como un «desafortunado accidente» y aseguró que se abriría una investigación para esclarecer los hechos. Según el ejército, la operación fue ordenada bajo la creencia de que los combatientes utilizaban la cámara para monitorear los movimientos israelíes.
Investigación y reacciones internacionales
El jefe del Estado Mayor del ejército israelí reconoció que aún existen brechas en la investigación, como el tipo de munición utilizada. Mientras tanto, líderes mundiales y organizaciones de derechos humanos condenaron el ataque, y la noticia generó una ola de indignación internacional.
En Israel, manifestantes salieron a las calles para exigir un alto al fuego y la liberación de los rehenes aún en Gaza. La protesta coincidió con la preparación de los palestinos para enfrentar la ofensiva israelí, en medio de desplazamientos masivos y dificultades humanitarias en el territorio.
Contexto y ofensiva en Gaza
El ataque se produce en un contexto de expansión militar en la ciudad de Gaza, mientras Israel busca debilitar a Hamás y rescatar a los rehenes capturados desde el 7 de octubre de 2023. Hasta el momento, de los 251 rehenes tomados, solo ocho han sido liberados con vida, y se cree que 20 permanecen con vida en Gaza.
Funcionarios de hospitales locales confirmaron que entre las víctimas había familias, mujeres y niños, la mayoría alcanzados por un segundo ataque tras acudir al lugar del primero. El ejército ha solicitado evacuar zonas densamente pobladas, incluyendo hospitales y campamentos, para minimizar riesgos y continuar con la ofensiva.
El ataque al hospital de Gaza se considera uno de los más mortales contra periodistas y civiles desde el inicio del conflicto, dejando una profunda conmoción y protestas dentro y fuera de Israel. Netanyahu mantiene su postura de avanzar con la ofensiva mientras explora negociaciones de alto el fuego, sin enviar aún un equipo negociador formal.


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