Pakistán enfrenta una de sus peores emergencias por inundaciones en décadas. Las fuertes lluvias y la apertura de compuertas de represas rebosantes en India provocaron el desbordamiento simultáneo de los ríos Ravi, Sutlej y Chenab, afectando a aproximadamente 1,2 millones de personas en la provincia de Punjab.
Al menos 15 personas murieron en distritos como Gujranwala y aldeas cercanas, mientras 248 mil fueron desplazadas de sus hogares. La ministra provincial, Marriyum Aurangzeb, informó que las crecidas afectaron mil 432 aldeas, se establecieron cerca de 700 campamentos temporales y 265 hospitales de campaña para atender a los damnificados. Las autoridades continúan repartiendo alimentos y suministros básicos a los residentes atrapados por el agua.
Los meteorólogos advirtieron que las lluvias podrían continuar hasta la próxima semana, elevando la posibilidad de más daños y complicando las labores de rescate en la región.
Impacto y medidas de emergencia
Las inundaciones no solo han arrasado hogares, sino también cultivos y negocios, provocando pérdidas económicas significativas. Familias como la de Mohammad Saleem en Narowal perdieron sus viviendas y pertenencias, mientras que Zainab Bibi esperó dos días en el techo de su casa antes de recibir ayuda.
El primer ministro Shehbaz Sharif destacó la vulnerabilidad de Pakistán frente a desastres naturales y anunció la construcción de nuevos sistemas de almacenamiento de agua para prevenir futuras inundaciones. Además, funcionarios locales atribuyeron a las evacuaciones oportunas y a la demolición de construcciones ilegales la reducción de víctimas en lo que describen como la peor emergencia por inundaciones en décadas.
Por otro lado, el conflicto hídrico con India ha generado tensiones adicionales. Autoridades paquistaníes acusaron a Nueva Delhi de liberar agua de forma excesiva, mientras que India aún no se ha pronunciado oficialmente.
Las inundaciones también afectaron zonas fronterizas de Cachemira bajo control indio, donde al menos 115 personas han muerto y decenas resultaron heridas debido a deslaves y anegamientos. La situación subraya la vulnerabilidad de la región frente al cambio climático y la necesidad de medidas de prevención coordinadas.


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