Rodrigo Paz Pereira, líder del Partido Demócrata Cristiano, asumió este sábado 8 de noviembre la Presidencia de Bolivia, poniendo fin a 20 años de gobiernos socialistas. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio Legislativo de La Paz, bajo estrictas medidas de seguridad y un intenso aguacero que acompañó la jornada.
A sus 58 años, Paz se convierte en el primer presidente no alineado con el socialismo en dos décadas. Es hijo del expresidente Jaime Paz Zamora y llega al poder con un discurso de cambio político y apertura económica.
“Dios, familia y patria: ¡Sí, juro!”, pronunció frente al vicepresidente Edmand Lara y ante un Congreso repleto de invitados internacionales.
Bolivia enfrenta la peor crisis económica en 40 años
El nuevo mandatario asume el poder en medio de la crisis económica más grave que Bolivia ha vivido en cuatro décadas. La escasez de dólares y combustibles, junto con una inflación interanual del 19% en octubre, fueron los temas centrales en su discurso de investidura.
Paz responsabilizó al gobierno anterior de Luis Arce por mantener subsidios insostenibles al diésel y la gasolina, que han drenado las reservas internacionales y distorsionado los precios internos.
El presidente anunció un recorte de más de la mitad de los subsidios a combustibles, además de un ambicioso plan económico que llamó “capitalismo para todos”, centrado en:
- La formalización del trabajo y la inversión privada,
- La reducción de impuestos para emprendedores,
- Y la simplificación de trámites burocráticos para fomentar la competitividad.
¿Quiénes asistieron a la toma de protesta de Rodrigo Paz?
Más de 50 delegaciones internacionales asistieron a la ceremonia, lo que marca un giro diplomático respecto a la línea de los gobiernos anteriores.
Entre los invitados destacaron:
- Christopher Landau, vicecanciller de Estados Unidos,
- Gabriel Boric, presidente de Chile,
- Javier Milei, presidente de Argentina,
- Y Yamandú Orsi, mandatario de Uruguay.
Durante la ceremonia, la plaza de armas, donde se ubican el Palacio de Gobierno y el Parlamento, permaneció bajo fuerte resguardo policial. Pese al mal clima, cientos de ciudadanos se congregaron para presenciar el juramento presidencial.
Con carteles de “Bolivia renace” y “Fin de la corrupción”, los asistentes mostraron esperanza ante el inicio de una nueva etapa política que rompe con dos décadas de dominio socialista.


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