La tregua entre Hezbolá e Israel comenzó el pasado 27 de noviembre tras una serie de intensos enfrentamientos que desbordaron la situación en la región sur del Líbano. Fue un alto al fuego con una duración estipulada de 60 días, un respiro en medio de la escalada bélica, que implicaba que las tropas israelíes se retiraran de las zonas del Líbano y que los combatientes de Hezbolá se replegaran al norte del río Litani. Sin embargo, la paz en la región ha sido volátil, y las violaciones a la tregua por parte de Israel han generado crecientes tensiones.
La advertencia de Naim Qasem: la paciencia tiene límites
En un discurso reciente, Naim Qasem, secretario general de Hezbolá, explicó que el grupo armado está brindando una “oportunidad” para la tregua, pero dejó claro que su paciencia no es infinita. Qasem enfatizó que el liderazgo de la resistencia decide cuándo y cómo actuar, y que no hay un calendario fijo para el cumplimiento de la tregua. La violencia de Israel contra posiciones de Hezbolá ha sido la causa principal de las violaciones al alto el fuego, lo que ha generado inquietud dentro del grupo chií libanés.
El dilema de la resistencia
Qasem fue contundente al afirmar que el liderazgo de Hezbolá tiene la responsabilidad de decidir si la tregua continúa o si se retoman las hostilidades. Aseguró que no necesariamente se esperarán los 60 días completos establecidos en el acuerdo, ya que las violaciones israelíes han puesto en peligro la seguridad de la región. La decisión, según Qasem, recae sobre el liderazgo de la resistencia, que determinará cuándo será el momento adecuado para actuar.
A pesar de estas amenazas, Hezbolá sigue comprometido con la tregua siempre y cuando se respeten los términos del acuerdo. Sin embargo, la paciencia del grupo podría agotarse si las violaciones continúan, algo que se vislumbra como una posibilidad latente en los próximos días.
Las implicaciones de la tregua: un conflicto en espera
La tregua entre Hezbolá e Israel refleja un momento de calma en medio de una tormenta. Si bien ambas partes han acordado el alto al fuego, las violaciones de Israel han dejado claro que la paz no está garantizada. Hezbolá, que forma parte del Estado libanés, ve su papel como un actor decisivo en la protección de la soberanía del Líbano, y esto incluye la defensa de sus principios contra lo que perciben como una agresión israelí.
Hezbolá y la relación con el Estado libanés
El liderazgo de Hezbolá ha declarado que la tregua es “responsabilidad del Estado”, un recordatorio de que el grupo no actúa de forma aislada, sino en conjunto con otras fuerzas dentro del país. Sin embargo, su papel es fundamental, ya que Hezbolá tiene influencia en la política y las decisiones de seguridad del Líbano, lo que le otorga un poder de negociación considerable tanto en conflictos internos como internacionales.
¿Qué sigue para Hezbolá y el Líbano?
Con la tregua a punto de cumplirse, el futuro de la relación entre Hezbolá e Israel sigue siendo incierto. Si las violaciones de Israel continúan, el grupo podría verse obligado a retomar las hostilidades. La situación es un claro reflejo de la compleja dinámica de poder en la región, donde los actores internacionales, como Irán, siguen influyendo en las decisiones clave.
Por ahora, Hezbolá se mantiene firme en su postura de dar una oportunidad a la paz, pero el mensaje de Qasem es claro: no tolerarán más violaciones sin una respuesta.
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