El domingo por la mañana, París despertó con la noticia de un robo sin precedentes en el Museo del Louvre. Delincuentes accedieron al museo desde el río Sena, utilizando un montacargas de obra y herramientas especializadas. En solo siete minutos lograron sustraer nueve joyas pertenecientes a la colección de Napoleón y la emperatriz Eugenia. La policía acordonó la zona y evacuó a miles de turistas, mientras las autoridades iniciaban una investigación de alto riesgo para recuperar los objetos de valor incalculable.
La joya hallada dañada y las piezas restantes
Entre las nueve piezas robadas, una fue encontrada fuera del museo, presuntamente perdida durante la huida. Las autoridades indicaron que se trataría de la corona de la emperatriz Eugenia, hallada fracturada. El estado de las demás joyas todavía se desconoce, mientras la policía y expertos en arte trabajan para reconstruir la ruta de escape de los ladrones y asegurar la recuperación de todos los objetos.
La Galerie d’Apollon, un tesoro histórico y vulnerable
La Galerie d’Apollon es uno de los espacios más emblemáticos del Louvre y alberga algunas de las joyas más icónicas de la Corona francesa. Aunque el museo cuenta con sistemas de seguridad avanzados, la portabilidad de ciertos objetos históricos convierte a esta galería en un objetivo atractivo para delincuentes. Además de joyas, la Galerie alberga miniaturas, grabados, estatuillas y reliquias de gran valor histórico, que podrían atraer al mercado negro internacional.
Antecedentes de robos en el Louvre
Este no es el primer gran robo en el museo. En 1911, la Mona Lisa fue sustraída y recuperada dos años después en Florencia. En 1983, piezas de armadura renacentista desaparecieron durante décadas antes de ser recuperadas. La historia del Louvre demuestra que incluso los museos más protegidos pueden ser vulnerables, especialmente cuando se trata de objetos pequeños y de gran valor histórico.
Impacto cultural y turístico del robo
El Louvre es el museo más visitado del mundo, con más de 30.000 visitantes diarios en la Galerie d’Apollon. El robo ha generado conmoción no solo por el valor monetario de las joyas, sino también por su significado histórico y cultural. Autoridades francesas subrayan la necesidad de reforzar la seguridad y proteger el patrimonio artístico para evitar pérdidas irreparables que afecten la identidad cultural del país.
Próximos pasos en la investigación
La policía continúa trabajando para identificar a los responsables y localizar las piezas sustraídas. La colaboración internacional es clave, dado el posible destino de las joyas en el mercado negro de antigüedades. Expertos en arte y criminología advierten que cada minuto cuenta para recuperar estos tesoros antes de que desaparezcan del radar.


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