Perfil y contexto del nuevo liderazgo
El teniente Evan L. Pettus como nuevo jefe del Comando Sur de Estados Unidos representa un movimiento estratégico para la política de seguridad de Washington en América Latina y el Caribe. Durante una ceremonia en Doral, Florida, Pettus asumió el cargo con un mensaje de continuidad operativa y compromiso con las actuales misiones de vigilancia, interdicción y cooperación militar regional. Su llegada se da en medio de un reforzamiento de las operaciones en el Caribe, un escenario que ha generado debate por las implicaciones geopolíticas, humanitarias y de soberanía para los países involucrados.

Pettus sustituye al almirante Alvin “Bull” Holsey, quien pasó al retiro tras 37 años de servicio. Este relevo ocurre en un momento particularmente sensible: la administración estadounidense ha aumentado su presencia militar argumentando una ofensiva contra presuntos narcotraficantes, una acción que ha despertado tensiones diplomáticas y preocupación entre organizaciones defensoras de derechos humanos.
Operaciones en el Caribe y su impacto regional
El Comando Sur (Southcom) supervisa un amplio territorio que abarca Centroamérica, Sudamérica y el Caribe. Bajo la nueva conducción, se mantendrá el incremento militar que Washington ha impulsado desde mediados de año, con énfasis en interdicciones marítimas, vigilancia aérea y cooperación con fuerzas locales.
Estas operaciones han sido justificadas como parte de una estrategia para combatir redes criminales transnacionales, pero han provocado inquietud por episodios recientes de ataques contra presuntos narcolanchas, muchos de los cuales han sido cuestionados por su falta de claridad y por el riesgo de afectar a embarcaciones civiles. Medios estadounidenses reportaron que Holsey había mostrado preocupación respecto a estos operativos, aunque ni el Pentágono ni el propio comandante saliente han explicado públicamente los motivos de su retiro.
El liderazgo de Pettus podría marcar un punto de inflexión sobre cómo se gestionan estas acciones, especialmente en lo referente a reglas de enfrentamiento, cooperación con aliados y evaluación de riesgos humanitarios.
Evan L. Pettus: Cambio de mando en un momento de tensión
La región atraviesa una etapa de sensibilidad política. Países del Caribe y América Latina han expresado inquietud por el incremento de tropas y equipamiento estadounidense, interpretándolo como un mensaje ambiguo que mezcla cooperación con una demostración de fuerza. En este contexto, la figura de Pettus —con una trayectoria sólida en la Fuerza Aérea y experiencia en misiones internacionales— adquiere relevancia para redefinir el tono diplomático y operativo del Comando Sur.
La tarea no será sencilla: equilibrar objetivos de seguridad con el respeto a la soberanía regional, atender las preocupaciones de aliados estratégicos y, al mismo tiempo, gestionar críticas internas dentro de Estados Unidos sobre la transparencia y legalidad de ciertas intervenciones.
Desafíos y prioridades en la agenda del Comando Sur
El nuevo comandante enfrentará retos que van más allá de las operaciones marítimas. Entre ellos destacan:
Cooperación multilateral en seguridad
Aunque Washington insiste en que su presencia militar responde a amenazas compartidas, varios gobiernos reclaman una mayor participación en la toma de decisiones. El liderazgo de Pettus tendrá que fortalecer esquemas de colaboración que no solo involucren a fuerzas armadas, sino también a instituciones civiles.
Incremento de tensiones políticas
El despliegue militar coincide con momentos de alta fricción diplomática, especialmente en países que denuncian presiones de Washington o interferencia en asuntos internos. El Comando Sur deberá operar con un mayor nivel de sensibilidad política.
Modernización y vigilancia tecnológica
Con nuevas herramientas de vigilancia aérea y marítima, la región es hoy un laboratorio de tecnologías de seguridad. La gestión de estas capacidades será clave para asegurar que se utilicen de manera proporcional, legítima y transparente.
Relación con gobiernos aliados y críticos
El Caribe es una zona estratégica por rutas marítimas, recursos energéticos y dinámicas migratorias. Pettus deberá manejar relaciones diversas: desde aliados cercanos como Colombia, Panamá o República Dominicana, hasta países con posturas más reservadas sobre la presencia militar estadounidense.
El arribo de Evan L. Pettus al Comando Sur se produce en un contexto complejo donde los desafíos de seguridad se entrelazan con preocupaciones diplomáticas y con la necesidad de fortalecer la confianza regional. Su liderazgo será observado de cerca, no solo por los gobiernos latinoamericanos, sino también por organizaciones internacionales que monitorean el respeto a los derechos humanos y la proporcionalidad de las acciones militares.
La región del Caribe y América Latina enfrentará meses decisivos en los que se pondrá a prueba la capacidad de Washington para equilibrar sus estrategias de seguridad con el imperativo de mantener relaciones constructivas y respetuosas con sus vecinos continentales.