El 29 de diciembre de 2024, un vuelo de Jeju Air, el 7C2216, protagonizó uno de los accidentes aéreos más trágicos de la historia reciente de Corea del Sur. El avión, un Boeing 737-800, despegó con 181 personas a bordo, entre ellas, muchos surcoreanos que regresaban de unas vacaciones en Tailandia. Lo que parecía ser un vuelo común, terminó en un desastre mortal.
Los últimos momentos antes del desastre
El vuelo 7C2216 había experimentado un retraso de 30 minutos, lo que provocó que el piloto tomara decisiones apresuradas en los últimos minutos antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, al suroeste de Corea del Sur. A las 8:59 a.m., solo un minuto después de reportar un impacto de ave, el piloto declaró una emergencia.
Este tipo de incidentes no son inusuales en la aviación, pero lo que sucedió a continuación es un misterio. El piloto, con más de 7,000 horas de vuelo, optó por realizar una maniobra de «go-around», un procedimiento común cuando un aterrizaje se ve comprometido. Sin embargo, el tiempo no estuvo de su lado. Minutos después, el avión se estrelló contra una estructura de hormigón al final de la pista, desatando una bola de llamas.
La investigación y los enigmas por resolver
Las autoridades surcoreanas recuperaron la caja negra del avión, pero los datos aún no han podido esclarecer completamente los eventos. Expertos en aviación, como Hwang Ho-won, presidente de la Asociación Coreana para la Seguridad Aérea, han señalado que la velocidad y la urgencia con la que el piloto intentó aterrizar fueron factores clave en el desastre.
Aunque la pérdida de un motor tras el impacto con un ave parecía ser una de las causas, la imposibilidad del piloto de desplegar el tren de aterrizaje y la falta de tiempo para reducir la velocidad hicieron que la tragedia fuera inevitable. Además, el terreno del aeropuerto, rodeado por marismas y aves migratorias, aumentó el riesgo de colisiones con aves, un factor que agrava aún más el misterio del accidente.
Factores agravantes del desastre
La pista del aeropuerto de Muan, que normalmente tiene 2800 metros de largo, había sido acortada a 2500 metros debido a trabajos de construcción. Además, el avión aterrizó fuera de la zona de contacto habitual. La combinación de estos factores, junto con una serie de decisiones tomadas rápidamente, contribuyó a la fatalidad del accidente.
El impacto en la seguridad aérea y el futuro
Este trágico accidente ha dejado una serie de lecciones sobre la seguridad en la aviación. Si bien el aeropuerto de Muan sigue siendo uno de los más peligrosos en términos de choques con aves, la investigación en curso podría revelar más detalles sobre si la compañía aérea Jeju Air estaba cumpliendo con las normas de seguridad.
El gobierno surcoreano también ha anunciado inspecciones de seguridad en todos los aviones Boeing 737-800 operados por aerolíneas del país, un paso que podría tener repercusiones para la industria aeronáutica en toda Asia.
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