Setenta por ciento de los humedales del mundo han desaparecido en los últimos cien años. Lo que alguna vez fueron extensos ecosistemas llenos de vida, hoy han sido devorados por la urbanización, la deforestación, el cambio climático y el desconocimiento de su importancia.
Cada 2 de febrero, el mundo conmemora el Día Internacional de los Humedales, una fecha clave para reflexionar sobre la importancia de estos ecosistemas y el impacto que su destrucción tiene en la biodiversidad, el clima y la supervivencia humana.
Pero, ¿por qué se están perdiendo los humedales? ¿Qué papel juegan en nuestra vida diaria? ¿Cómo podemos revertir esta crisis ambiental?
El origen de su destrucción: una historia de prejuicios y desconocimiento
La desaparición de los humedales no es solo consecuencia de la expansión urbana o el cambio climático, sino también de un viejo prejuicio nacido en el siglo XIV con la teoría de los miasmas.
Los humedales fueron considerados lugares insalubres: En aquella época, se creía que los malos olores eran causantes de enfermedades. Como los humedales emiten olores intensos debido a su proceso natural de descomposición de materia orgánica, se les percibió como focos de infección.
Tala, incendios y relleno de tierras: Durante siglos, esta percepción llevó a la destrucción sistemática de humedales para dar paso a construcciones, campos agrícolas y zonas industriales.
El impacto actual: Hoy sabemos que los humedales no son fuentes de enfermedad, sino escudos naturales que protegen la biodiversidad, regulan el clima y mitigan desastres naturales.
Sin embargo, su destrucción sigue avanzando.
¿Por qué son tan importantes los humedales?
Estos ecosistemas cumplen funciones esenciales para el equilibrio ambiental y la vida humana.
Regulan el clima global: Actúan como sumideros de carbono, absorbiendo grandes cantidades de CO₂ y mitigando los efectos del cambio climático.
Reducen inundaciones y protegen contra huracanes: Los humedales costeros y los manglares son barreras naturales que reducen el impacto de tormentas y marejadas ciclónicas.
Sostienen el 40% de las pesquerías mundiales: Funcionan como refugio y zonas de reproducción para una gran cantidad de especies marinas.
Filtran y purifican el agua: Eliminan contaminantes y mejoran la calidad del agua antes de que llegue a ríos, lagos y océanos.
Albergan una biodiversidad única: Son hábitats para miles de especies de plantas y animales, muchas de ellas en peligro de extinción.
La desaparición de los humedales afecta directamente la seguridad alimentaria, la calidad del agua y la estabilidad climática.
México y la conservación de los humedales
En nuestro país, existen 144 sitios reconocidos internacionalmente como humedales de gran importancia. Sin embargo, muchos están en peligro debido a la contaminación, el turismo descontrolado y la deforestación.
México ocupa el cuarto lugar mundial en superficie de manglares con 905 mil hectáreas, solo detrás de Indonesia, Australia y Brasil.
El gobierno ha prometido restaurar el 50% de los manglares degradados para 2030 como parte del Programa Nacional de Restauración Ambiental.
Los humedales y la tragedia en Acapulco: Si estos ecosistemas se hubieran conservado, el impacto de desastres naturales en el país, como huracanes e inundaciones, habría sido menor.
A pesar de los esfuerzos, aún queda mucho por hacer para garantizar la protección de estos ecosistemas.
¿Qué podemos hacer para salvar los humedales?
Apoyar proyectos de restauración: Existen iniciativas gubernamentales y de ONG’s enfocadas en la reforestación de manglares y la protección de humedales.
Evitar el uso de productos contaminantes: Fertilizantes, plásticos y desechos tóxicos terminan en los humedales, afectando su equilibrio ecológico.
Promover el desarrollo sostenible: La urbanización debe considerar alternativas que preserven los humedales en lugar de eliminarlos.
Crear conciencia: La educación ambiental es clave. Entre más sepamos sobre la importancia de los humedales, más acciones tomaremos para protegerlos.
Sin humedales, no hay futuro
El mensaje es claro: sin ecosistemas sanos, la vida en el planeta está en riesgo.
La desaparición de los humedales no solo afecta la biodiversidad, sino también la seguridad climática, el acceso a agua limpia y la protección ante desastres naturales.
México ha dado pasos importantes para la conservación de estos ecosistemas, pero aún falta mucho por hacer. Es tarea de todos exigir políticas de protección, apoyar la restauración y cambiar nuestros hábitos de consumo.
Proteger los humedales es proteger nuestro futuro. La decisión está en nuestras manos.
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