La tensión comercial entre Estados Unidos y China dio un respiro este fin de semana. Tras meses de amenazas cruzadas, ambas potencias alcanzaron un acuerdo provisional sobre las exportaciones de tierras raras, un recurso vital para la industria tecnológica y militar global.
La noticia fue confirmada por Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, quien celebró el pacto como “una señal de estabilidad antes de la reunión entre Donald Trump y Xi Jinping”. El acuerdo, sellado en Kuala Lumpur, incluye la suspensión por un año de las restricciones chinas a la exportación de minerales estratégicos y la reanudación de importaciones de soja estadounidense.
Un año de tregua comercial entre Washington y Beijing
El pacto evita un incremento del 100 % en los aranceles que Trump había amenazado imponer desde noviembre. “Lo hemos evitado”, aseguró Bessent, quien destacó la voluntad de Beijing de reanudar compras agrícolas sustanciales, una de las condiciones más exigentes por parte de Washington.
Por su parte, el representante chino Li Chenggang confirmó que ambos gobiernos llegaron a un “acuerdo preliminar” y que las próximas semanas estarán dedicadas a ratificar los compromisos mediante sus mecanismos internos. Las reuniones estuvieron encabezadas por el viceprimer ministro He Lifeng, quien calificó el diálogo como “constructivo y pragmático”.
Kuala Lumpur, escenario del nuevo entendimiento
El encuentro, celebrado en paralelo a la cumbre de la ASEAN, funcionó como preludio de la reunión bilateral entre Trump y Xi Jinping, prevista para el 30 de octubre en Corea del Sur. Ambos gobiernos abordaron temas sensibles como el control del fentanilo, la red social TikTok, y las tarifas impuestas a buques chinos.
Según Jamieson Greer, representante comercial estadounidense, el documento final “sienta bases sólidas para una cumbre exitosa” y busca “restablecer la confianza perdida” desde la ruptura del acuerdo comercial de 2020.
Un respiro en medio de la rivalidad tecnológica
El entendimiento llega en un momento crítico: China domina más del 70 % del mercado global de tierras raras, esenciales para fabricar baterías, chips y armamento. Cualquier interrupción en la cadena de suministro puede tener efectos devastadores para las industrias occidentales.
Con esta tregua, ambas naciones ganan tiempo para revaluar su interdependencia económica. Estados Unidos evita una escalada inflacionaria derivada del aumento de costos industriales, mientras que China busca estabilidad frente a la presión internacional y el debilitamiento de sus exportaciones.
Lo que sigue: la cumbre de Trump y Xi en Corea del Sur
La próxima cita entre Donald Trump y Xi Jinping promete definir la nueva fase del comercio global. Aunque el pacto actual es provisional, analistas anticipan que podría abrir el camino hacia un acuerdo de largo plazo, si ambas partes logran sostener el diálogo y evitar nuevas sanciones.Como expresó el viceprimer ministro He Lifeng al cierre de las negociaciones:
“Preservar los logros obtenidos es clave para el bienestar de nuestros pueblos”.
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