Ecuador vive protestas tras eliminación del subsidio al diésel
La jornada amaneció con bloqueos, carreteras interrumpidas y un país dividido por la eliminación total del subsidio al diésel. La decisión del gobierno de Daniel Noboa generó una reacción inmediata de los gremios de transportistas y organizaciones sociales, quienes convocaron a paralizaciones en varios puntos estratégicos de Ecuador.
La medida, que elevó el precio del combustible en un dólar por galón, fue rechazada por amplios sectores que señalan que el alza repercutirá directamente en los productos de primera necesidad y en la economía popular.
La presidencia se traslada a Latacunga en medio de la crisis
El fin de semana se observó una inusual movilización militar en la Brigada de Fuerzas Especiales N.° 9 Patria, en Latacunga. Allí, Daniel Noboa, vestido con traje militar, apareció junto a comandantes de las Fuerzas Armadas para oficializar el traslado temporal de la Presidencia de la República a esta ciudad del centro andino.
De forma paralela, la vicepresidencia se trasladó a Otavalo, en el norte del país. El argumento oficial fue “desconcentrar” las funciones del Ejecutivo y atender a la población en territorio, aunque en los hechos se trató de una estrategia política y de seguridad frente al descontento social.
El impacto en las calles: bloqueos y gases lacrimógenos
Las provincias del norte, fronterizas con Colombia, la Amazonía y las rutas que conectan la costa con los Andes fueron los principales puntos de paralización. El transporte público se detuvo en varias ciudades, dejando a miles de ciudadanos varados.
En intentos por desbloquear las vías, la policía recurrió al uso de gases lacrimógenos. Aunque en la mañana se lograron aperturas parciales, hacia el mediodía los bloqueos regresaron con más fuerza. La tensión fue evidente en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
La postura del gobierno frente a las protestas
Carolina Jaramillo, vocera presidencial, aseguró que el Ejecutivo mantiene apertura al diálogo, pero únicamente con los gremios de transportistas. “No hay negociaciones, lo que hay son conversaciones. En este país quienes toman las decisiones son el gobierno nacional”, sentenció.
Noboa, por su parte, fue calificado como “contundente” frente a las protestas. Según el discurso oficial, los subsidios han sido ineficientes y los recursos deben destinarse a quienes más lo necesitan. La eliminación del subsidio al diésel es presentada como una medida necesaria para corregir desequilibrios fiscales.
El argumento económico del gobierno
La ministra de Finanzas, Sariha Moya, defendió la medida explicando que se implementarán 18 compensaciones dirigidas a sectores vulnerables, equivalentes al monto de mil 100 millones de dólares que el Estado supuestamente ahorrará con la eliminación del subsidio.
Aclaró además que el subsidio al gas doméstico no será eliminado, buscando calmar la preocupación de millones de familias que dependen de este recurso.
Una nación en incertidumbre
Las protestas reflejan un país fracturado entre la necesidad de ajustar las finanzas públicas y la presión social por mantener los subsidios que históricamente han aliviado la economía popular. La imagen de Noboa trasladando la presidencia a Latacunga resume el clima de tensión y la fragilidad del momento político.
El futuro inmediato dependerá de la capacidad del gobierno de mantener el orden sin escalar la represión y de la disposición de los gremios a mantener o levantar la paralización. Ecuador enfrenta nuevamente el dilema de sostener la estabilidad económica sin romper el tejido social.


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