El amanecer en Seúl parecía rutinario, pero en los pasillos del poder algo cambiaba. El presidente de Corea del Sur, Lee Jae Myung, anunció un plan histórico de tres fases para lograr la desnuclearización de Corea del Norte, un objetivo que podría transformar el futuro de toda la península coreana.
Mientras la tensión en la región crece por las recientes pruebas de misiles norcoreanas, el mandatario surcoreano apostó por una ruta diplomática en la que Washington y Tokio también juegan un papel clave.
Una propuesta en tres fases para la paz
Lee explicó que su propuesta se estructura en tres pasos:
- Congelación del programa nuclear y de misiles de Pyongyang.
- Reducción progresiva del arsenal atómico norcoreano.
- Desnuclearización total de la península de Corea.
En entrevista con el diario japonés Yomiuri, el presidente recalcó que estos pasos solo podrán lograrse “con el compromiso de Estados Unidos y el diálogo directo entre Seúl y Pyongyang”.
El desafío de Kim Jong-un y su arsenal oculto
La propuesta surcoreana surge justo después de que el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) revelara la existencia de una base militar no declarada en Sinpung-dong, cerca de la frontera con China.
El informe sostiene que allí se almacenan misiles balísticos intercontinentales (ICBM) con capacidad nuclear, lo que constituye una amenaza directa no solo para Asia, sino también para el territorio continental de Estados Unidos.
Un recuerdo del fracaso de Hanói
El anuncio de Lee Jae Myung revive la memoria de la cumbre fallida entre Donald Trump y Kim Jong-un en Hanói (2019). Aquella vez, la esperanza de un acuerdo se desmoronó por la falta de consenso entre desarme nuclear y levantamiento de sanciones internacionales.
Desde entonces, Corea del Norte ha acelerado su programa nuclear, y Kim ha calificado su arsenal como un elemento “irreversible” de su estrategia de seguridad.
Diplomacia en movimiento
Lee Jae Myung prepara un viaje a Japón y, después, a Washington, donde se reunirá con Donald Trump el 25 de agosto.
El presidente surcoreano confía en que esta agenda diplomática abra una ventana para reactivar negociaciones multilaterales y que su plan no se quede en papel mojado como tantos intentos previos.
El futuro de la península coreana
El camino hacia la desnuclearización está plagado de obstáculos: la desconfianza histórica, el poder disuasorio de los misiles de Pyongyang y las divisiones internas en la comunidad internacional.
Pero para Lee Jae Myung, el sueño de una Corea libre de armas nucleares sigue vivo: “Nuestro deber es crear condiciones para la paz, incluso cuando parezca inalcanzable”.


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