Corea del Sur implementa una ley histórica para desmantelar el sistema privado de adopción que, desde la Guerra de Corea, facilitó la salida masiva de niños. La medida busca reparar un legado de familias separadas por la fuerza, documentos falsificados y un negocio construido sobre la vergüenza social.
El 19 de julio de 2025 marca un punto de inflexión en la historia social de Corea del Sur. Una nueva legislación entra en vigor, transfiriendo la totalidad de la responsabilidad sobre las adopciones al Estado y poniendo fin a un sistema privado de 70 años que ha dejado una cicatriz profunda en la psique nacional. Este sistema facilitó lo que se conoce como la «exportación de bebés», un fenómeno que vio a más de 170,000 niños enviados oficialmente al extranjero, con estimaciones no oficiales que elevan la cifra a 250,000.
Esta historia no es sobre una simple reforma legal. Es sobre cientos de miles de vidas alteradas por un sistema que mercantilizó a los niños, y la lucha de una nación por confrontar y redimir su pasado.
El legado de la vergüenza y el negocio
El origen de este éxodo masivo se remonta a la Corea de la posguerra. La nación, devastada y empobrecida, se enfrentó a la presencia de miles de niños de raza mixta, hijos de soldados estadounidenses y mujeres coreanas. En una sociedad homogénea y conservadora, estos niños eran un símbolo de vergüenza. Con el aborto ilegalizado hasta 2021, la adopción internacional se convirtió en la solución para «hacerlos desaparecer».
Lo que comenzó como una respuesta a una crisis humanitaria y social, con el tiempo se transformó en un sistema institucionalizado y, en muchos casos, corrupto. Investigaciones de académicos como la profesora Hellen Noh de la Universidad de Soongsil han destapado prácticas sistemáticas y profundamente poco éticas :
- Falsificación sistemática: Se convirtió en «casi una costumbre» que las agencias de adopción etiquetaran a los niños como «abandonados» en sus documentos, incluso si sus padres eran conocidos. Esto eliminaba la necesidad de consentimiento parental y agilizaba el proceso.
- Bebés adquiridos en hospitales: Para la década de 1980, las agencias privadas obtenían la mayoría de los bebés directamente de las maternidades. Se establecieron redes donde los hospitales recibían pagos a cambio de recién nacidos, a menudo de madres solteras a las que se coaccionaba o engañaba para que renunciaran a sus hijos.
- Engaños a las madres: Se han documentado casos desgarradores de hospitales que informaban falsamente a las madres que sus bebés habían muerto al nacer o que estaban demasiado enfermos para sobrevivir, solo para entregarlos secretamente a las agencias de adopción.
La reforma: El Estado toma el control
La nueva legislación busca desmantelar este sistema desde sus cimientos. Las dos leyes, la Ley Especial de Adopción Nacional y la Ley de Adopción Internacional, centralizan el poder en el Ministerio de Salud y Bienestar y en el Centro Nacional para los Derechos del Niño (NCRC). Las agencias privadas, que durante décadas actuaron con gran autonomía, quedan relegadas a un papel de proveedoras de servicios subcontratadas por el Estado, perdiendo su poder en el proceso de colocación.
El nuevo sistema se alinea con la Convención de La Haya, un tratado internacional que Corea del Sur firmó en 2013 pero que no había ratificado hasta ahora. El objetivo es garantizar que todas las decisiones se tomen en el «interés superior del niño».
«No sabemos qué está pasando con la transferencia de archivos. ¿Estamos seguros de que realmente están moviendo todo? (…) Eso es lo que nos asusta.»- Testimonio anónimo de un adoptado.
La angustia de los adoptados y un futuro incierto
Para la diáspora de adoptados coreanos, la ley es un paso crucial hacia la justicia. Sin embargo, también abre una caja de Pandora de miedos. Sus archivos de adopción, a menudo la única conexión tangible con su identidad y su familia biológica, están ahora en un limbo burocrático, siendo transferidos de las agencias privadas al NCRC.
La implementación de la ley enfrenta enormes desafíos. El gobierno ha sido criticado por la falta de transparencia en el proceso de transferencia de archivos y por la inadecuada infraestructura para almacenarlos. Actualmente, estos documentos irremplazables se guardan en un antiguo almacén logístico por falta de presupuesto para un archivo nacional permanente.
La verdadera reparación, según los expertos, no reside solo en reformar el sistema de adopción, sino en crear una sociedad que apoye a las familias para que no tengan que renunciar a sus hijos en primer lugar. Esto implica combatir el estigma contra las madres solteras y proporcionar un apoyo económico y social robusto a las familias vulnerables.
Corea del Sur ha comenzado el largo y doloroso camino de mirar a su pasado a los ojos. La promesa de la nueva ley es grande, pero su éxito dependerá de la voluntad política y los recursos que se dediquen a sanar las heridas de un cuarto de millón de sus propios hijos.


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