La noche del jueves, el Congreso de Perú aprobó de forma exprés la destitución de la presidenta Dina Boluarte, acusándola de “permanente incapacidad moral” para enfrentar la creciente inseguridad y el avance del crimen organizado. Con 122 votos a favor de un total de 130, el Legislativo consumó la salida de la mandataria apenas seis meses antes de las elecciones generales de 2026.
Boluarte, la primera mujer en ocupar la Presidencia de Perú, no acudió al pleno para ejercer su defensa. Su ausencia fue interpretada por varios legisladores como un gesto de debilidad política y desconexión con la crisis que atraviesa el país.
José Jerí asume el mando interino
Tras la votación, el Congreso informó que el Poder Ejecutivo será asumido de manera interina por José Jerí, presidente del Parlamento, hasta que se defina un gobierno de transición o se adelante el calendario electoral. La medida busca evitar un vacío de poder, aunque los analistas advierten que la estabilidad institucional sigue en riesgo.
Durante su gestión, Boluarte enfrentó múltiples cuestionamientos por la represión de protestas sociales, denuncias de corrupción en su entorno y una marcada falta de conexión con la población. A pesar de haber llegado al poder tras la caída de Pedro Castillo, su mandato se vio sostenido por alianzas con bancadas conservadoras que ahora impulsaron su salida.
Perú, otra vez en un ciclo de inestabilidad
Con esta decisión, Perú suma seis presidentes en apenas ocho años, consolidando una tendencia de inestabilidad política que ha afectado la confianza internacional y frenado inversiones. En Lima y otras regiones, las reacciones fueron mixtas: mientras algunos celebraron la decisión del Congreso, otros denunciaron un golpe parlamentario disfrazado de legalidad.
El país andino vuelve así a un punto de inflexión, sin una figura fuerte que encauce la transición y con una ciudadanía cada vez más desencantada con su clase política.
TE PODRÍA INTERESAR