En una escena cargada de solemnidad y simbolismo, 133 cardenales se reunieron esta mañana en la Basílica de San Pedro para dar inicio al cónclave, el proceso más sagrado y reservado de la Iglesia católica. La elección del sucesor del papa Francisco ha comenzado oficialmente, bajo la mirada del mundo y el resguardo del Espíritu Santo.
La misa que marcó el inicio: un llamado al discernimiento
A las 10:00 a. m. (hora local) (2 am hora México), se celebró la tradicional misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. Desde el altar mayor de la basílica, el decano del Colegio Cardenalicio pronunció una homilía clara y directa: “Que el Espíritu Santo ilumine nuestras decisiones”, dijo, convocando a los electores a dejar de lado ambiciones personales para centrarse en el bien común de la Iglesia.
Más de 200 líderes eclesiásticos y miles de fieles acompañaron la ceremonia desde la Plaza de San Pedro. En un ambiente de recogimiento y oración, el Vaticano reforzó las medidas de seguridad, ante la atención global sobre este momento trascendental.
Procesión, juramento y puertas cerradas: el ritual del cónclave
Finalizada la eucaristía, los cardenales se dirigieron a la residencia Santa Marta, donde permanecerán aislados hasta que elijan al nuevo pontífice. A las 4:15 p. m., ingresaron en procesión solemne a la Capilla Sixtina, luego de pronunciar el juramento de secreto: un voto de confidencialidad que garantiza la integridad del proceso.
Con el solemne «Extra omnes» pronunciado por monseñor Diego Ravelli, las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron. Nadie ajeno puede permanecer en su interior. A partir de ese momento, la historia volvió a escribirse entre frescos de Miguel Ángel y paredes centenarias.
Fumata esperada: ¿habemus papam hoy?
Aunque el primer día suele estar marcado por deliberaciones iniciales, se espera que alrededor de entre las 10:30 a 12:00 del día (hora México), pueda verse la primera fumata desde la chimenea instalada en la Capilla Sixtina. Lo más probable es que el humo sea negro, señal de que aún no hay consenso.
La expectativa, sin embargo, es alta. Cientos de fieles aguardan en la Plaza de San Pedro, mientras millones más siguen cada detalle desde sus hogares. La fumata blanca puede surgir en cualquier momento de los próximos días, y con ella, el nombre del nuevo papa.
¿Qué sigue en el proceso del cónclave?
El cónclave puede extenderse varios días. En cada jornada, los cardenales realizan hasta cuatro votaciones. Solo cuando uno de los candidatos alcanza los dos tercios de los votos, se da por elegido al nuevo pontífice.
Una vez que el consenso se logre, el humo blanco se elevará sobre Roma, las campanas de San Pedro repicarán y el cardenal protodiácono anunciará al mundo: Habemus Papam.
Un momento histórico para la Iglesia y el mundo
La elección de un papa no solo representa una transición espiritual, sino también una señal de rumbo para la Iglesia católica frente a los desafíos del siglo XXI: la paz, la justicia social, la inclusión y el papel de la fe en el mundo moderno.
Mientras tanto, el mundo contiene la respiración. Roma, una vez más, es el epicentro de la historia.
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