China, el país más poblado del mundo, ha comenzado a enfrentar un fenómeno histórico: la disminución de su población por tercer año consecutivo. Tras seis décadas de explosión demográfica, impulsada por políticas como la agresiva “política del hijo único”, la nación asiática se encuentra ahora en una encrucijada que podría cambiar su futuro económico y social.
El fin de la explosión demográfica en China
La población de China alcanzó los 1,408 millones de personas en 2024, lo que representa una caída respecto a los 1,410 millones del año anterior, según los datos proporcionados por la Oficina Nacional de Estadística. Este descenso marca una tendencia preocupante, especialmente considerando que China ha basado parte de su crecimiento económico en una mano de obra enorme y joven.
El cambio de tendencia comenzó después de la implementación de la política del hijo único en los años 80, una medida estricta que pretendía controlar el crecimiento de la población y evitar un colapso social y económico. Sin embargo, desde 2016, el gobierno chino descontinuó esta política y permitió a las familias tener hasta tres hijos. A pesar de estas reformas, la natalidad no repunta, y la población continúa disminuyendo.
La baja natalidad y el costo de vida como factores claves
Uno de los principales factores detrás de este declive es la baja tasa de natalidad. En 2024, China presentó una media de 1.18 hijos por mujer, muy por debajo del umbral necesario para que una población se mantenga estable, que es de aproximadamente 2.1 hijos por mujer. La razón de esta baja natalidad se debe, en parte, al alto costo de vida, especialmente en las grandes ciudades. Además, muchas mujeres jóvenes prefieren centrarse en sus estudios y carreras profesionales, lo que pospone o incluso descarta la maternidad.
Este fenómeno también se ha visto reflejado en la falta de demanda en sectores clave como la educación infantil y la obstetricia. En algunas ciudades, se ha tenido que cerrar unidades de obstetricia en hospitales, y muchos jardines infantiles han cerrado debido a la escasa demanda de plazas para niños pequeños.
Las medidas del gobierno para frenar la disminución poblacional
Ante esta situación, las autoridades chinas han comenzado a tomar medidas radicales para frenar la caída en la natalidad. A partir de enero de 2024, se incrementó la edad de jubilación para ambos géneros, una de las más bajas del mundo, en un intento por equilibrar el sistema de pensiones ante una población envejecida.
El gobierno también ha implementado incentivos fiscales, promociones de viviendas más baratas, y dinero en efectivo para fomentar que las parejas tengan más hijos. Algunas ciudades han comenzado a cubrir el costo de la fecundación in vitro y a eliminar restricciones que penalizaban a las madres solteras.
El envejecimiento acelerado y sus consecuencias económicas
Otro desafío significativo para China es el envejecimiento de su población. Según estimaciones, para 2035, cerca de un tercio de la población china tendrá más de 60 años. Este envejecimiento de la población plantea serios problemas para el sistema de pensiones y la economía en general, que depende de una fuerza laboral joven y abundante.
La preocupación por el futuro económico ha llevado a algunas empresas a involucrarse en la solución de este problema. Por ejemplo, Trip.com, una plataforma de viajes, pagó a sus empleados 1,400 dólares por cada recién nacido, mientras que XPeng, un fabricante de vehículos eléctricos, ofreció hasta 4,100 dólares a sus empleados que tuvieran un tercer hijo.
El ejemplo de Japón y Corea del Sur
China no está sola en este desafío. Japón y Corea del Sur han experimentado una disminución de la natalidad en las últimas décadas, lo que ha afectado sus economías y estructuras sociales. Estos países han intentado implementar políticas similares para revertir el declive demográfico, pero hasta ahora, los resultados han sido limitados.
China, al igual que estos países, se enfrenta a una cuestión fundamental: ¿cómo equilibrar el envejecimiento de la población y la necesidad de una fuerza laboral joven y activa? La respuesta a esta pregunta podría definir el futuro de la nación.
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