La Royal Navy del Reino Unido ejecutó una operación de «libertad de navegación» en el Estrecho de Taiwán, lo que desencadenó una contundente demostración de fuerza por parte de Pekín, que desplegó más de 70 aeronaves militares en una clara señal de advertencia.
En una de las escaladas de tensión más significativas de los últimos meses en el Indo-Pacífico, el patrullero de alta mar de la Royal Navy británica, HMS Spey, transitó por el sensible Estrecho de Taiwán el pasado 18 de junio. La acción, calificada por el Reino Unido como una operación de rutina en aguas internacionales, fue interpretada por China como una provocación directa, resultando en una respuesta militar de magnitud considerable que ha puesto en alerta a la región.
Un «Paso Inocente» con Consecuencias Calculadas
El gobierno británico y su Ministerio de Defensa sostuvieron que el paso del HMS Spey fue una operación de «libertad de navegación» (FONOP, por sus siglas en inglés) completamente legal y rutinaria, realizada en conformidad con el derecho internacional, específicamente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). El objetivo de estas operaciones, lideradas frecuentemente por Estados Unidos y sus aliados, es desafiar lo que consideran reclamaciones marítimas excesivas por parte de naciones como China.
La medida no fue un hecho aislado. Ocurrió menos de una semana después de que un destructor japonés, el JS Takanami, realizara un tránsito similar por la misma vía fluvial el 12 de junio. Esta secuencia de acciones sugiere un esfuerzo coordinado entre las naciones aliadas de Occidente para afirmar el estatus del Estrecho de Taiwán como un corredor marítimo internacional.
La reacción de Taiwán fue de apoyo explícito. El Ministerio de Asuntos Exteriores de la isla autónoma emitió un comunicado en el que «confirmó y dio la bienvenida» al tránsito del buque británico, alentando a otros «países de ideas afines» a unirse para «salvaguardar conjuntamente la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán».
La Furia de Pekín: Una Demostración de Fuerza Sin Precedentes
La respuesta de China fue inmediata y contundente. En las 24 horas posteriores al paso del HMS Spey, el Ministerio de Defensa de Taiwán reportó la detección de 74 aeronaves militares chinas en las inmediaciones de la isla. De estas, un número alarmante de 61 aviones cruzó la línea media del Estrecho de Taiwán, una frontera no oficial pero respetada durante mucho tiempo que sirve como amortiguador entre ambas partes.
El Comando del Teatro de Operaciones del Este del Ejército Popular de Liberación de China no tardó en condenar la acción británica. En un comunicado oficial, acusó al Reino Unido de «exagerar públicamente» la patrulla y calificó el evento como una «provocación intencional» diseñada para «perturbar deliberadamente la situación y socavar la paz y la estabilidad del Estrecho de Taiwán».
Este tipo de respuesta no se trata de una reacción a una amenaza militar directa, ya que el HMS Spey es un buque de patrulla ligeramente armado. Más bien, es una calculada demostración de poder y voluntad política. Pekín considera a Taiwán una provincia renegada que debe ser reunificada, por la fuerza si es necesario, y ve cualquier presencia militar extranjera en el estrecho como una violación de su soberanía. La masiva respuesta aérea busca normalizar su actividad militar en el espacio aéreo taiwanés y disuadir futuras operaciones de este tipo por parte de otras naciones.
El Tablero Geopolítico: Más Allá de un Buque y Aviones
Lo ocurrido en el Estrecho de Taiwán es un microcosmos de la creciente rivalidad entre China y la alianza liderada por Estados Unidos. El tránsito del HMS Spey, aunque simbólico, es una clara señal del compromiso del Reino Unido con el «orden internacional basado en reglas» que promueve Washington. Por su parte, la respuesta china, casi desproporcionada, envía un mensaje igualmente claro: cualquier desafío a sus reclamos de soberanía será respondido con una fuerza abrumadora.
Este intercambio de «señales» eleva peligrosamente el riesgo de un error de cálculo. En un entorno tan militarizado y con tensiones tan altas, un pequeño incidente podría escalar rápidamente a un conflicto de mayores proporciones. Aunque no se disparó un solo tiro, la temperatura en uno de los puntos geopolíticos más calientes del planeta ha aumentado varios grados, dejando en evidencia el frágil equilibrio que mantiene una paz precaria en la región.


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