La reciente decisión de Donald Trump de avanzar en el proceso para designar a los cárteles mexicanos como Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO) ha encendido las alarmas en ambos lados de la frontera. Este movimiento, basado en leyes estadounidenses contra el terrorismo, como la Ley de Inmigración y Nacionalidad (INA) y la Orden Ejecutiva 13224, busca reconfigurar las estrategias de combate al narcotráfico al ampliar las herramientas legales y económicas disponibles para el gobierno de Estados Unidos.
Pero, ¿qué implica realmente esta decisión para México y las relaciones bilaterales?
¿Qué es una Organización Terrorista Extranjera?
Según la Ley de Inmigración y Nacionalidad de Estados Unidos, una organización puede ser designada como FTO si cumple con tres criterios:
- Es extranjera.
- Participa en actividades terroristas o tiene la capacidad e intención de hacerlo.
- Amenaza la seguridad de los ciudadanos estadounidenses o la seguridad nacional de Estados Unidos.
Con este marco, el nuevo decreto de Trump busca justificar que los cárteles mexicanos no solo representan un peligro por el narcotráfico, sino que constituyen una amenaza directa para la seguridad nacional estadounidense.
El alcance de la Orden Ejecutiva 13224
Adoptada tras los ataques del 11 de septiembre, la Orden Ejecutiva 13224 permite al gobierno de Estados Unidos imponer sanciones económicas y financieras a personas y organizaciones que representen una «amenaza extraordinaria» para su seguridad nacional.
Trump amplió el alcance de esta orden para incluir a los cárteles mexicanos, argumentando que:
- Tienen vínculos con actores extranjeros y gobiernos hostiles.
- Infiltran estructuras gubernamentales en el continente americano.
- Representan una amenaza más allá del crimen organizado convencional.
Esta estrategia refuerza la narrativa de Trump sobre la necesidad de proteger la integridad territorial de Estados Unidos y erradicar cualquier amenaza en su origen, incluso si eso implica actuar fuera de sus fronteras.
Impacto en México: Entre sanciones y tensiones diplomáticas
Si los cárteles son designados como FTO, las repercusiones para México podrían ser significativas:
- Sanciones económicas: Empresas o personas vinculadas a estas organizaciones enfrentarían bloqueos financieros inmediatos, afectando cadenas de suministro y flujos de dinero ilícito.
- Intervención militar: La legislación estadounidense permite la intervención directa en caso de amenazas terroristas, un escenario que podría tensar aún más las relaciones bilaterales.
- Estigmatización internacional: México podría ser percibido como un Estado incapaz de controlar a las organizaciones criminales, afectando su imagen y sus relaciones comerciales.
¿Qué significa para los mexicanos en Estados Unidos?
El decreto también contempla la posibilidad de expulsar a personas vinculadas directa o indirectamente con estas organizaciones, bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1789. Esto podría convertirse en una herramienta de presión migratoria contra comunidades mexicanas en territorio estadounidense, bajo la excusa de combatir amenazas a la seguridad nacional.
El futuro de la relación bilateral
Con la designación de los cárteles como FTO, el equilibrio en la relación México-Estados Unidos se enfrentará a una prueba crítica. Mientras Trump refuerza su postura de “mano dura”, México debe encontrar un balance entre la cooperación y la defensa de su soberanía.
Un camino lleno de desafíos
La propuesta de Trump no solo redefine la lucha contra el narcotráfico, sino que plantea un desafío directo a la diplomacia mexicana. Con los cárteles en la mira como Organizaciones Terroristas Extranjeras, el gobierno mexicano tendrá que navegar en aguas turbulentas para proteger sus intereses y evitar que esta medida se convierta en una excusa para mayores intervenciones extranjeras.
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