Desde París hasta Atenas, pasando por Roma y Madrid, una ola de calor extremo está poniendo en jaque a Europa. Con temperaturas que superan los 40 °C, lugares icónicos como la Torre Eiffel han cerrado sus puertas, las redes eléctricas están al borde del colapso y se han activado alertas sanitarias en todo el continente.
El verano 2025 está siendo redefinido por un calor sofocante que los expertos vinculan directamente con el cambio climático. Lo que antes eran fenómenos meteorológicos excepcionales se están convirtiendo en la nueva normalidad, con consecuencias tangibles y sistémicas que afectan a la vida diaria, la infraestructura y la salud de millones de personas en todo el continente.
Francia: Símbolos nacionales ceden ante el calor
En Francia, la situación es de alerta máxima. Varios departamentos del país se encuentran bajo alerta roja, con temperaturas que han superado los 40 grados Celsius (104 Fahrenheit). La medida más simbólica ha sido el cierre de la cumbre de la Torre Eiffel «por la comodidad y seguridad de todos», una decisión que evidencia cómo el clima extremo puede paralizar incluso los mayores atractivos turísticos del mundo. Además, más de 1,300 escuelas han cerrado sus puertas total o parcialmente para proteger a los estudiantes.
España: Récords de temperatura en tierra y mar
España está experimentando un calor abrasador. Barcelona ha registrado su mes de junio más caluroso en más de un siglo de registros, desde 1914. Pero el calor no solo se siente en el aire; las aguas del Mediterráneo han alcanzado temperaturas superficiales de 5 a 6 grados por encima de lo normal. Los científicos advierten que un mar más cálido reduce el efecto refrescante en la costa y provoca noches tropicales, lo que dificulta el descanso y agrava los riesgos para la salud.
En Málaga, la respuesta humanitaria es un claro indicador de la gravedad de la situación. La Cruz Roja ha instalado un «refugio climático» con aire acondicionado para la población vulnerable y ofrece un «servicio de baño asistido» para ayudar a las personas con movilidad reducida a refrescarse en el mar.
Italia: La infraestructura eléctrica al límite
En Italia, donde se han emitido alertas por calor en 17 ciudades, la infraestructura está sufriendo. El aumento masivo en el uso de aire acondicionado ha provocado una sobrecarga en la red eléctrica, causando apagones intermitentes. El centro histórico de Florencia, joya del Renacimiento, se quedó a oscuras por un pico de demanda.
La tragedia también ha golpeado al país. Un obrero de la construcción de 46 años murió cerca de Bolonia mientras trabajaba al aire libre bajo el sol abrasador, un recordatorio fatal de los peligros del calor extremo para los trabajadores.
Un continente en Jaque: De Turquía a Suiza
La crisis es verdaderamente paneuropea, con cada país enfrentando sus propios desafíos:
- Turquía: Los bomberos luchan contra incendios forestales avivados por el calor y los fuertes vientos en la costa del Egeo.
- Alemania: En Berlín, la población sin hogar es la más afectada, buscando refugio del calor de 36 °C en misiones de la ciudad que advierten del riesgo mortal de dormirse bajo el sol.
- Suiza: En una medida preventiva sin precedentes, uno de los reactores de la planta nuclear de Beznau fue apagado para evitar un calentamiento excesivo del río Aare y proteger así el ecosistema fluvial.
- Países Bajos: En un tono más ligero pero igualmente revelador, cientos de personas en la localidad de Soest organizaron una gigantesca batalla de agua con los bomberos locales, utilizando pistolas de agua contra las mangueras de los camiones para combatir el calor.
La ola de calor de 2025 está demostrando que el cambio climático ya no es una amenaza futura, sino una crisis presente que exige una adaptación inmediata de la sociedad, la economía y la infraestructura europeas.
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