El Reino Unido se encuentra en el centro de una fuerte controversia sobre los límites de la libertad de expresión después de que una nueva guía de su programa antiterrorista, ‘Prevent’, comenzara a catalogar las críticas a la inmigración masiva como un posible indicador de extremismo.
Una actualización en el curso de capacitación del programa ‘Prevent‘, el principal instrumento del gobierno británico para la lucha contra la radicalización, ha encendido las alarmas entre defensores de las libertades civiles y figuras académicas. Según informes del 9 de junio, la nueva guía, que deben seguir miles de funcionarios públicos como profesores y personal sanitario, sugiere que expresar «preocupaciones culturales occidentales» sobre temas como la inmigración masiva o la falta de integración podría ser una señal de «extremismo de ultraderecha».
Ampliando la definición de extremismo
La guía incluye ahora la creencia de que «la amenaza de la inmigración masiva está llevando a la extinción de la raza blanca» como un indicador de posible radicalización. Si bien esta idea específica está asociada con teorías de la conspiración, los críticos argumentan que el lenguaje utilizado en la capacitación es lo suficientemente vago como para abarcar una amplia gama de opiniones críticas legítimas sobre las políticas migratorias y sus efectos sociales.
Frank Furedi, un conocido sociólogo y director de MCC Brussels, ha calificado la medida como un intento de «silenciar cualquier debate sobre el multiculturalismo y la inmigración».
«Lo que estamos presenciando es la captura política de las instituciones de seguridad del Estado. Se está utilizando el poder del Estado para estigmatizar y potencialmente criminalizar puntos de vista con los que el establishment no está de acuerdo.» – Frank Furedi.
El rol de los funcionarios públicos
Bajo la ley británica, los funcionarios públicos tienen el deber de reportar a las autoridades a cualquier individuo que sospechen que está en riesgo de ser arrastrado hacia el terrorismo. La nueva guía los coloca en una posición difícil, donde podrían sentirse presionados a reportar a personas por expresar opiniones políticas que, hasta ahora, se consideraban parte del debate público normal.
La defensa del gobierno y las consecuencias
El Ministerio del Interior (Home Office) ha defendido el programa ‘Prevent’, afirmando que su objetivo es proteger a las personas vulnerables de ser explotadas por extremistas y que se enfoca en las amenazas más actuales que enfrenta el país. Sostienen que la guía se basa en la evaluación de los servicios de inteligencia y que busca prevenir la violencia.
Sin embargo, la controversia reside en si el programa está cruzando la línea entre prevenir la violencia y reprimir el disenso. Los críticos temen que esto pueda tener un efecto amedrentador, llevando a la autocensura y empobreciendo el debate público sobre uno de los temas más sensibles de la sociedad británica. La polémica está servida y promete generar un intenso debate político en las próximas semanas.
¿Crees que esta medida protege a la sociedad o ataca la libertad de expresión? Opina en los comentarios.
TE PODRÍA INTERESAR