Berlín amaneció con una noticia que marca un giro en la política migratoria de Alemania. El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, confirmó que en los próximos días se incrementará el número de policías desplegados en los puntos fronterizos del país. “No cerraremos las fronteras, pero sí controlaremos más estrictamente quién entra”, declaró.
Este anuncio llega en medio de una creciente presión política y social por parte de sectores que exigen una respuesta más firme ante la migración irregular. Las palabras de Dobrindt no dejaron lugar a dudas: habrá más rechazos en la frontera y controles más severos.
¿Por qué ahora? El contexto que llevó al endurecimiento
La elección del nuevo canciller, Friedrich Merz, marcó el inicio de una nueva era. Prometió seguridad, orden y un enfoque más restrictivo en la migración. Su ascenso al poder llegó después del colapso del gobierno de Olaf Scholz, que ya enfrentaba críticas por su gestión migratoria.
Uno de los eventos que aceleró este cambio fue el trágico ataque con cuchillo en Aschaffenburg, perpetrado por un solicitante de asilo rechazado. La tragedia conmocionó al país y alimentó la narrativa de los sectores conservadores y del partido de extrema derecha AfD, que pide deportaciones masivas y rechazos automáticos.
Asilo, pero solo para los más vulnerables
Dobrindt aclaró que las personas en situación de extrema vulnerabilidad aún podrán ingresar. Sin embargo, este nuevo enfoque implica que muchas solicitudes serán evaluadas con más dureza.
Las cifras oficiales respaldan el argumento del ministro: según Frontex, los cruces irregulares disminuyeron en la UE en 2024. En Alemania, las solicitudes de asilo cayeron un 30% con respecto a 2023, pero la saturación en los centros de acogida sigue siendo una realidad.
¿Qué dice la Unión Europea?
El acuerdo Schengen permite la libre circulación entre la mayoría de los países miembros. Sin embargo, en situaciones excepcionales, como amenazas a la seguridad interna, se permite restablecer controles temporales.
Dobrindt insistió en que esta medida es temporal y necesaria para restaurar el orden: “Queremos volver a una Europa de fronteras abiertas, pero hoy esa Europa está disfuncional. Esto debe corregirse”.
¿Y la extrema derecha?
El partido Alternativa para Alemania (AfD) no ha dejado de capitalizar el malestar social con discursos contra migrantes. Sin embargo, recientemente fue clasificado como organización extremista por el servicio de inteligencia nacional, lo que implica una mayor vigilancia sobre sus acciones.
Una Alemania diferente asume el mando
Alemania está redefiniendo su postura frente a la migración. El nuevo gobierno se distancia del enfoque anterior y busca restaurar el control total sobre sus fronteras, aunque sin cerrarlas por completo.
Queda por ver si estas medidas fortalecerán la seguridad sin vulnerar los derechos humanos o si encenderán aún más los debates dentro y fuera del país.
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