En una mañana gris de otoño en Berlín, los radares del aeropuerto de Múnich detectaron un pequeño objeto sobrevolando la pista. En cuestión de minutos, los vuelos se suspendieron, los pasajeros esperaban con desconcierto y las autoridades sabían que no era un incidente aislado: Alemania necesitaba un plan urgente contra los drones no identificados.
Una respuesta nacional ante un riesgo creciente
El ministro del Interior, Alexander Dobrindt, anunció la creación de una unidad antidrones dentro de la Policía Federal. El objetivo: prevenir y neutralizar amenazas aéreas en aeropuertos, centrales eléctricas y otras infraestructuras críticas.
Además, el Ejército alemán (Bundeswehr) podrá intervenir directamente en tareas de defensa aérea, una medida excepcional en tiempos de paz que refleja la magnitud del desafío.
“Estamos muy atrás en la protección frente a drones”, reconoció Boris Pistorius, ministro de Defensa, durante una entrevista con Deutsche Welle. La frase resume la urgencia que se vive en Berlín tras los recientes cierres de aeropuertos y reportes de drones sobrevolando zonas estratégicas en el norte de Alemania.
Tecnología de guerra adaptada a la seguridad civil
Para modernizar su respuesta, la Bundeswehr firmó un acuerdo con Tytan Technologies, una empresa alemana especializada en sistemas antidrones probados en el conflicto de Ucrania.
Según Bloomberg, esta tecnología se integrará la próxima semana y permitirá interceptar drones de clase II de la OTAN, como los Shahed utilizados por Rusia en el frente ucraniano.
El contrato incluye cooperación con el laboratorio de innovación militar en Erding, donde se evaluarán y adaptarán las soluciones de defensa a entornos urbanos y civiles.
Alemania y el debate europeo sobre la “muralla de drones”
El anuncio alemán no ocurre en aislamiento. Europa vive un momento de redefinición de su defensa aérea, tras múltiples incidentes con drones en Polonia, Rumania y el mar Báltico.
Ante este escenario, varios países discuten la creación de una “muralla de drones”, un sistema común de detección e interceptación que protegería el flanco oriental del continente frente a posibles incursiones desde Rusia.
La propuesta, aún en debate entre la Unión Europea y la OTAN, busca integrar radares, inteligencia artificial y misiles de corto alcance en un sistema coordinado. Sin embargo, Pistorius ha expresado escepticismo sobre la rapidez con la que podría materializarse, advirtiendo que Europa “no puede esperar más ante amenazas que evolucionan cada mes”.
Una estrategia tecnológica y política
La nueva unidad antidrones alemana representa más que un avance técnico: es una señal de autonomía estratégica. Alemania busca depender menos de sistemas aliados y fortalecer su industria nacional de defensa, algo impulsado tras la invasión rusa a Ucrania.
El contrato con Tytan Technologies también refuerza la colaboración público-privada y la posición del país como potencia tecnológica dentro de la OTAN.
En palabras de Dobrindt, “la protección aérea moderna no solo se libra en el cielo, sino también en el espectro electromagnético”.
Esa visión resume el espíritu de una Alemania que, tras décadas de cautela militar, se prepara para defender sus cielos con tecnología de vanguardia y coordinación civil-militar.


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