El reciente uso de misiles ATACMS por parte de Ucrania contra la región de Briansk ha encendido alarmas en Moscú. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, no tardó en acusar a Occidente de buscar una escalada directa en el conflicto. «Es imposible que Ucrania emplee estos misiles sin la participación de especialistas estadounidenses», señaló durante una rueda de prensa en Brasil, en el marco de la cumbre del G20.
La sombra de la OTAN y la nueva doctrina nuclear
Lavrov recordó las declaraciones previas de Vladímir Putin, quien advirtió que permitir ataques con armas de largo alcance en territorio ruso implicaría la participación directa de la OTAN. Coincidiendo con este evento, el Kremlin promulgó una nueva doctrina nuclear que amplía los escenarios para el uso de armamento atómico. Según esta política, cualquier amenaza crítica a la soberanía de Rusia o Bielorrusia podría justificar una respuesta nuclear.
Además, la doctrina considera como «ataque conjunto» cualquier agresión de un país respaldado por una potencia nuclear, en clara referencia a Estados Unidos y sus aliados. Este ajuste estratégico busca disuadir futuras acciones similares, especialmente en medio del creciente apoyo militar occidental a Ucrania.
El impacto en Briansk: ¿inicio de una nueva etapa?
El Ministerio de Defensa de Rusia confirmó que un fragmento de misil ATACMS impactó en una instalación militar de Briansk. Si bien no se reportaron víctimas, este ataque representa el primer uso documentado de estos misiles de largo alcance, proporcionados por Estados Unidos, dentro de territorio ruso.
El Estado Mayor ucraniano afirmó haber realizado un ataque exitoso contra un arsenal ruso en la misma región, sin detallar el armamento empleado. Este movimiento ha sido interpretado por analistas como un mensaje estratégico de Ucrania, respaldado por la reciente autorización del presidente Joe Biden para emplear este tipo de armas.
El papel de Estados Unidos en el conflicto
La autorización de Biden para el uso de misiles ATACMS ha sido catalogada por Moscú como un movimiento que intensifica el conflicto. Lavrov instó a Occidente a estudiar a fondo la nueva doctrina nuclear rusa, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de subestimar las respuestas del Kremlin.
Esta acción refuerza las acusaciones de Rusia hacia la OTAN y Estados Unidos, señalando una implicación más profunda en el conflicto. En paralelo, Moscú ha intensificado su retórica sobre la defensa de su soberanía, dejando en claro que no permitirá acciones que comprometan su integridad territorial.
¿Qué sigue para el conflicto?
No se puede negar que el uso de misiles de largo alcance ATACMS marca un punto de inflexión en la guerra. Mientras Ucrania refuerza su capacidad ofensiva con apoyo proveniente del Occidente, Rusia endurece su postura estratégica con ajustes en su doctrina nuclear.
La comunidad internacional observa con preocupación cómo esta escalada podría llevar a un enfrentamiento más directo entre las potencias nucleares.
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