Presentándose como “la ministra de la transformación”, Yasmín Esquivel Mossa dio inicio a su campaña para formar parte de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) con un firme compromiso: erradicar la corrupción y la impunidad, construir un sistema de justicia que realmente sirva al pueblo y democratizar el Poder Judicial, el cual, aseguró, debe ser austero.
Ante más de tres mil personas reunidas en el auditorio del Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec, en su mayoría maestros de las secciones 32 y 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Esquivel Mossa subrayó que la justicia debe ser un derecho para todos, no un privilegio solo para quienes pueden pagarla. “Estoy aquí porque quiero transformar la justicia en México, corregir lo que no funciona y acabar con las malas prácticas dentro del Poder Judicial. Necesitamos una justicia fuerte, honorable, cercana a la gente y de puertas abiertas”, declaró.
A lo largo de su discurso, los asistentes interrumpieron con gritos de “¡Presidenta! ¡Presidenta!”, a lo que la ministra respondió que su objetivo no es administrar el Poder Judicial, sino transformarlo por completo. “Mi compromiso es claro: ni un paso atrás en la lucha contra la corrupción y la impunidad. Apostemos por la renovación del Poder Judicial. Es momento de cambiarlo, y si alguien cree que esta transformación es negociable, que se prepare para la decepción”, advirtió.
En cuanto al llamado del Instituto Nacional Electoral (INE) para que los jueces y magistrados que participen en la elección del 1 de junio soliciten licencia para hacer campaña, Esquivel Mossa expresó su apoyo a la medida, aunque aclaró que aún está evaluando su decisión. “Me parece adecuado que se pida licencia sin goce de sueldo para poder hacer campaña de manera justa. Aún no lo he valorado completamente, pero es una invitación que analizaré con seriedad”, señaló.
No obstante, en conferencia de prensa posterior, advirtió que, si las tres ministras candidatas piden licencia al mismo tiempo, la SCJN quedaría con el mínimo necesario de integrantes, lo que podría generar problemas en casos donde se requiera invalidar una ley, ya que ese proceso exige al menos ocho votos. “Si solo quedaran siete ministros en funciones, el pleno no podría tomar ciertas decisiones clave”, explicó.
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