Tras las devastadoras inundaciones del 10 y 11 de octubre, los habitantes de Chapula comenzaron a retornar a sus hogares para evaluar los daños y recuperar parte de sus pertenencias. La localidad, a 15 kilómetros de la cabecera municipal de Tianguistengo, había quedado severamente afectada por el desbordamiento del río que atraviesa el pueblo.
El Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) se reunió con los pobladores para ofrecer apoyo federal, incluyendo la posibilidad de reubicación si se determina que el pueblo no es seguro. Especialistas en topografía y riesgos naturales realizarán estudios detallados para evaluar la habitabilidad del lugar y definir las medidas de protección necesarias.
Infraestructura y rutas de evacuación para reducir riesgos
El gobierno federal se comprometió a dotar a Chapula de infraestructura adecuada, incluyendo sistemas de prevención y rutas de evacuación supervisadas por Protección Civil estatal, para garantizar la seguridad de los pobladores en caso de futuros desastres naturales.
No obstante, la posibilidad de reubicación dentro del municipio permanece como último recurso, ya que los vecinos expresaron su preocupación por la pérdida de su cultura local y el aumento en el costo de vida en un nuevo lugar.
Labores de limpieza y reconstrucción comunitaria
A pesar de las dificultades, unos 60 habitantes regresaron al pueblo con palas, picos y cubetas para iniciar la limpieza de calles y avenidas. La prioridad de los vecinos es reacondicionar las viviendas aún en pie y no depender de casas de familiares o refugios temporales.
Durante la misma jornada, el INPI sostuvo una reunión con familiares de cinco personas desaparecidas para coordinar apoyos específicos, reflejando la atención integral a las consecuencias de la tragedia.
Controversia sobre reubicación y consenso poblacional
La discusión sobre el posible desplazamiento surgió tras declaraciones del gobernador Julio Menchaca, quien señaló que algunas localidades habían quedado inhabitables. En particular, Chapula fue destacado por el daño severo provocado por las lluvias y el desbordamiento del río.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo subrayó que cualquier decisión sobre reubicación tendría que ser consensuada con los pobladores, asegurando que la autoridad federal respetará la voz de la comunidad en la toma de decisiones.
Resiliencia y cultura local frente a desastres
El regreso de los vecinos y su participación activa en la limpieza refleja la resiliencia comunitaria de Chapula. La población espera que, con apoyo federal y supervisión de expertos, puedan reconstruir su pueblo de manera segura, preservando su identidad cultural y su forma de vida.
Aun con la incertidumbre sobre la habitabilidad definitiva, el compromiso de los pobladores y las autoridades apunta a recuperar la normalidad y garantizar la seguridad ante futuros fenómenos naturales, convirtiendo a Chapula en un ejemplo de gestión comunitaria y cooperación institucional.


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