Usuarios y organizaciones sociales rechazaron de forma contundente la propuesta de aumentar la tarifa mínima del transporte público en Morelos de 10 a 15 pesos, al considerar que el incremento carece de justificación mientras persistan deficiencias graves en seguridad, calidad del servicio y estado de las unidades. La inconformidad fue expresada por colectivos ciudadanos y por la Federación Universitaria de Estudiantes de Morelos (FEUM), quienes advirtieron un impacto directo en la economía de miles de familias y estudiantes.

Aumento del pasaje genera rechazo entre los usuarios

La propuesta impulsada por concesionarios del transporte colectivo fue calificada como desproporcionada, ya que representa un incremento del 50% sobre la tarifa actual. Organizaciones agrupadas en la Coordinadora Contra el Alza de Pasaje señalaron que no existe margen para negociar mientras los transportistas incumplan compromisos previos de modernización, mantenimiento y mejora del servicio.

José Alberto Castañeda Sánchez, vocero de la Coordinadora, afirmó que cualquier ajuste tarifario resulta inviable si no se han cumplido las condiciones pactadas en convenios anteriores. Aseguró que el deterioro de las unidades y la falta de seguridad cotidiana evidencian un incumplimiento sistemático por parte de los concesionarios.

Estudiantes exigen subsidio y transporte seguro

Por su parte, la FEUM subrayó que el alza afectaría de manera directa a cerca de 30 mil estudiantes universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), quienes utilizan el transporte público de forma diaria para trasladarse a sus planteles. Este sector representa aproximadamente la mitad de los usuarios del sistema de transporte colectivo en la entidad.

Adriana Guadarrama Salgado, presidenta de la FEUM, destacó que un aumento sin medidas compensatorias profundizaría la desigualdad y limitaría el derecho a la movilidad. Por ello, exigió al gobierno estatal la implementación de un subsidio efectivo del 50% para estudiantes, con el fin de que paguen únicamente 7.50 pesos en caso de que se autorice el incremento.

Inseguridad y malas condiciones del servicio

Uno de los principales argumentos en contra del aumento es la inseguridad que enfrentan los usuarios. Representantes estudiantiles y ciudadanos denunciaron que robos y asaltos ocurren casi a diario en diversas rutas del transporte público, sin que existan garantías reales de protección para los pasajeros.

Además, señalaron que muchas unidades operan en mal estado mecánico, con falta de mantenimiento y condiciones que ponen en riesgo la integridad de quienes las utilizan. Bajo este contexto, consideraron injustificable cualquier aumento al costo del pasaje.

Descuentos no respetados y exigencia de reforma legal

Los estudiantes también denunciaron que el descuento de dos pesos para universitarios, logrado en administraciones pasadas, rara vez se respeta. Según la FEUM, son pocos los operadores que aplican este beneficio, lo que ha generado un ambiente de abuso e irregularidades.

Ante esta situación, propusieron que cualquier subsidio o descuento quede establecido mediante una reforma a la Ley de Movilidad y Transporte, para garantizar su cumplimiento obligatorio y evitar que quede a discreción de choferes o concesionarios.

Posibles protestas y retiro de concesiones

Las organizaciones civiles advirtieron que, si los concesionarios cumplen su amenaza de realizar paros o protestas el próximo 26 de diciembre, solicitarán al gobierno estatal la revocación de concesiones y el aseguramiento de las unidades involucradas, conforme a lo establecido en la Ley de Movilidad y Transporte y Seguridad Vial de Morelos.

Afirmaron que el derecho a la movilidad de la ciudadanía no puede ser utilizado como herramienta de presión política o económica.

Movilidad digna antes que aumentos

El rechazo al aumento de la tarifa mínima del transporte público en Morelos refleja una demanda social clara: mejorar primero el servicio antes de encarecerlo. Usuarios y estudiantes coinciden en que la prioridad debe ser un transporte seguro, moderno, accesible y de calidad, acompañado de políticas públicas que protejan a los sectores más vulnerables.

Mientras no existan avances tangibles en seguridad, modernización y respeto a los descuentos, cualquier incremento tarifario seguirá encontrando resistencia social en Morelos.